El Gobierno de EE. UU. va camino a otro Girón

Nada puede resultar más fariseo. La política agresiva de EE. UU. hacia Cuba ha sido la misma desde el 1ro. de enero de 1959 y se ha basado siempre en la soberbia y en la impotencia de quienes no se conforman con lo perdido y alimentan su resentida añoranza

No sorprende el entusiasmo de los senadores republicanos por la Florida, Marco Rubio y Rick Scott, quienes presentaron el viernes el proyecto de ley «Patria y Vida», consecuente con su retórica panfletaria.

La propuesta legislativa, creada supuestamente «para combatir la censura de internet en países totalitarios», que incluye a Cuba, indica a varias agencias federales «obtener y mantener la capacidad de proporcionar acceso a internet en países extranjeros, cuando hacerlo promueva la libertad de expresión en regímenes represivos, o en caso de interrupciones domésticas».

El proyecto permite a la Comisión Federal de investigaciones enviar, de forma expedita, fondos a empresas y Netcenter que brindan herramientas para, según ellos, «evadir la censura y las restricciones de gobiernos totalitarios».

El lenguaje utilizado puede llamar a engaño a algún incauto, pero en verdad estamos hablando de compañías y empresas que acostumbran a brindar sus servicios a la CIA en el campo de la ciberguerra y que, cuando hablan de evadir, están hablando de cometer actos violatorios de la soberanía de terceros países.

Mientras, Jake Sullivan, asesor de Seguridad nacional del presidente estadounidense, Joe Biden, siendo coherente con la subordinación electoral a los que mueven los hilos anticubanos en la Florida, en declaraciones realizadas el domingo a CNN, señaló que las «circunstancias cambiaron» en la política hacia Cuba tras las supuestas protestas del 11 de julio y, por ello, Estados Unidos está reconsiderando sus opciones.

Nada puede resultar más fariseo. La política agresiva de EE. UU. hacia Cuba ha sido la misma desde el 1ro. de enero de 1959 y se ha basado siempre en la soberbia y en la impotencia de quienes no se conforman con lo perdido y alimentan su resentida añoranza.

Por esos avatares de la historia pareciera que se repite el escenario de los años 60, cuando un gobierno demócrata, «heredero»» de los planes de invasión trazados por sus antecesores republicanos, sufrió la más humillante derrota en las arenas de Playa Girón. Ninguna otra cosa puede esperar quien intente robarnos la libertad que con tanto sacrificio conquistamos.