Día de reconocimiento y fiesta

El ocho de marzo es quizás la fecha que más se relaciona en todo el mundo con las mujeres y las niñas. En Cuba solemos felicitar a todas las féminas que encontremos en la calle, el trabajo, la escuela… Pero en realidad la fecha surgió como iniciativa para la lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras.

Las agrupaciones de corte comunista y anarquista desempeñaron importantes roles en los reclamos de muchos de esos derechos, tanto a finales del siglo XIX como a principios del XX. Todavía hoy se evoca la figura de la líder feminista alemana Clara Zetkin cuando se trata de explicar por qué se celebra el ocho de marzo como Día de la Mujer.

En 1975, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconocería la fecha como una celebración de todo el orbe. Pero dos años después, quedaría oficialmente instituido como el Día Mundial por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.

Cuesta mucho creer que todavía a principios del siglo pasado, las mujeres no podían participar en las elecciones, no se les permitía el divorcio excepto en los casos en que era iniciativa del marido, y trabajaban por míseros salarios y en condiciones infrahumanas. Por no mencionar, la larga lucha cuesta arriba que tuvieron que asumir para conseguir el reconocimiento a sus derechos sexuales y reproductivos.

Pero todavía en la India, por ejemplo, muchas niñas sufren las concertaciones de matrimonios forzosos y en África adolescentes y jóvenes son víctimas de la ablación genital femenina. En Europa otras tantas son víctimas de la trata de blancas y en Estados Unidos las mujeres cobran salarios más bajos que sus colegas varones. Para terminar esta pequeña lista de ejemplos negativos, habría que agregar que en América Latina el feminicidio sigue siendo un flagelo sin erradicar.

Como sucede con muchas de las celebraciones de la ONU, falta mucho por hacer en varias partes del orbe, que sería egoísta no comprometerse de alguna forma con las luchas por la equidad de género y la convivencia pacífica entre todos los seres humanos. Y eso, para poder felicitar con alegría a todas las mujeres que veamos este ocho de marzo.

(Ilustración tomada de Internet)