Cuba: Primero de Mayo

Es temprano, apenas se asoman las 6:30 en la esfera del reloj.

Una señora, ya en la tercera edad, dice que es chilena, y que al fin realiza el sueño de toda su vida…

Acá un anciano con paso tardo, apoyado en el hombro de un muchacho, avanza erguido; sobre el pecho de su impoluta guayabera, allí donde se esconde el músculo mágico que mueve la vida, varias medallas reflejan el sol naciente…

Más adelante, un nutrido grupo de vocingleros muchachos con uniformes de preuniversitario, marchan casi a saltos, entre bromas, como bandada de gorriones prestos a volar…

Allá, una madre joven, empuja el coche donde un bebé asoma sus ojos al futuro y se le llenan las pupilas de luz…

Algo detrás, milicianos con paso uniforme, y les siguen de cerca campesinos a caballo, los rostros curtidos asomando bajo los sombreros de guano…

Asoman al fondo las abuelas del grupo de thai chi, que avanzan ligeras, como si los años no pesaran, erguidas y sonrientes…

Un mulato grande y fuerte, con trazas de atleta carga sobre sus hombros un pequeño de unos tres años, que agita la bandera cubana mientras exclama Yo soy Fidel…

Es la plaza, es el primero de mayo de todos; así es Cuba.