Por estos días se recrudece la vieja amenaza yanqui contra el mundo entero (porque otra cosa no es la posibilidad de una confrontación nuclear) y conviene contrastar diversos puntos de vista en los que se aborda la política exterior maníaco-hegemónica de la potencia norteña.
Por ejemplo, en entrevista realizada por Michel Collon y Gregoire Lalieu (*), periodistas belgas, a Mohamed Hassan, ex diplomático etíope residente en los Estados Unidos, especialista en África y Medio Oriente, coautor de libros como “La Estrategia del Caos “y “Yihad Made in USA”, el intelectual analizó ampliamente la política y la economía estadounidenses, tanto en el exterior como dentro de fronteras.
A la pregunta “Si usted fuera presidente de los E. U. mañana ¿Qué medida tomaría en primer lugar? Respondió:
-“Me retiraría de las guerras en las que estamos involucrados, para reconstruir nuestra economía nacional y privilegiaría el diálogo y las negociaciones con los demás países, respetando sus soberanías nacionales…”
También en entrevista concedida a los mismos autores, Majed Nehmé, director de la revista Afrique Asia, París, consideró que:
-“Washington no puede impedir la alianza entre Moscú y Pekín… la cooperación económica, industrial, militar, energética, científica y humana entre ambas potencias las benefician mutuamente y va en crescendo…
…Las sanciones europeas y estadounidenses contra Rusia facilitaron la puesta en marcha de Eurasia… también debilitaron en Rusia a quienes estaban a favor de un acercamiento con occidente”.
Ante la pregunta de qué haría en el hipotético caso de ser electo presidente de los Estados Unidos, el reconocido intelectual afirmó:
-“Fomentaría un verdadero cese al fuego en Siria, firmaría un acuerdo con Rusia y dejaría de apoyar a Israel”.
Chalmers Johnson, politólogo norteamericano ya fallecido, fue durante los años 50 del pasado siglo colaborador del ejército y la CIA. De furibundo anti-comunista pasó luego de profundos estudios y de una impactante experiencia de vida, a ser crítico del imperialismo estadounidense.
Conoció como los soldados de su país basificados en Okinawa violaban a las jóvenes y aterrorizaban a los pobladores.
En un libro titulado Blowback (significa algo así como efecto boomerang) señaló con décadas de anticipación que las operaciones clandestinas de los Servicios de Inteligencia yanquis destinadas a derrocar gobiernos, podrían conducir a represalias contra los estadounidenses, tanto en su país como en el extranjero.
Señalaba el experto:
-“El pueblo estadounidense probablemente no sabe lo que se hace en su nombre… como en Irán (1953), Guatemala (1954), Cuba (desde 1959 hasta la fecha), Congo (1960), Vietnam, Laos y Camboya (1961-1973), Chile (1973), Afganistán (desde 1979 hasta hoy), El Salvador, Guatemala y Nicaragua (en los años 80), Irak (desde 1991 hasta hoy)…”
Aún para el más escéptico de los lectores, tantos especialistas de brillante pensamiento y de tan disímil origen y proyección, no pueden estar errados.
Sin dudas, los “tiradores “del Pentágono y quienes merodean por la Oficina Oval, deben ajustar las miras y los mecanismos de sus armas, porque hasta ahora el tiro les ha salido por la culata, y el “boomerang “retorna una y otra vez no a las manos del cazador, sino contra su cabeza.
(*) Todas las citas han sido tomadas del libro “El Mundo según Trump”, Michael Collon y Gregoire Lalieu, Instituto Cubano del Libro, Editorial Ciencias Sociales, La Habana 2017.