Lo sucedido en la tierra de violines y palmeras no fue obra de la casualidad o la improvisación, los miembros de la Dirección de la Zona de Defensa 01 pasaron muchas horas y jornadas enteras cocinando la idea.
En un escenario totalmente diferente al acostumbrado, se multiplicaron valores para hacer desfilar nuevamente la dignidad en cada plaza y tribuna consevida en las viviendas. La participación del pueblo con la disciplina de quedarse en casa fue decisiva, los campesinos aportaron más producciones y se logró llegar, con un módulo pequeño de alimentos, pero de amplia aceptación,hasta el hogar de dirigentes sindicales de larga tratectoria, médicos, enfermeras, combatientes, donantes de sangre y personas vulnerables o de bajos recursos.
La sensibilidad primó entre quienes aceptaron este reto y llevaron a cabo la tarea. Despertaron al sol el día del proletariado y en avalancha (con estricto distanciamiento social y usando nasobuco) se llenaron el pecho de energía a las 8 a.m cuando entonaron las notas de nuestro glorioso himno nacional. Partieron en sus bicicletas, escoltando un carretón, tirado por un caballo y cargado de la preciada mercancia, a realizar el sueño que los desveló por muchos días.
Sintieron en su piel los efectos de los fuertes rayos del astro rey, pasaron sed, calor, comieron algún mango sin detener la marcha, rieron, lloraron, y luego de pasado el medio día concluyeron. Las cajas en el carretón ya vacías, las fuerzas menguadas, pero el corazón alegre y la satisfacción en el rostro del deber cumplido. El estímulo material en ninguna medida logró acercarse al reconocimiento moral, la seguridad y esperanza, que lograron transmitir a los agasajados y beneficiados.
¿El pago? Pues todas las muestras de reafirmación revolucionaria y el agradecimiento de un pueblo que tiene la certeza de vivir en un país como el nuestro, donde nadie queda desamparado. Lección para los que dudaban y reafirmación de compromiso para quienes continuamos haciendo de ese concepto que nos legó #FidelCastro hace 20 años, un instrumento de lucha en cada batalla que enfrentamos, seguros de la Victoria.
