La lepra, una enfermedad antigua y curable (+ infografía )

A lo largo de la historia, los enfermos con lepra se han visto condenados al ostracismo por sus comunidades y familias. No se sabe cuál fue el lugar de origen de la lepra, se cree que fue en la zona de la India, de ahí posiblemente se trasladó a los países árabes, luego a España a través del Mediterráneo y después a todas sus colonias. Es en los países subdesarrollados —con hambre y pésimas condiciones de vida—donde encuentra caldo para su cultivo. Europa tuvo una fuerte presencia en la época del medioevo, pero las epidemias de peste también acabaron con los leprosos.

La trajo a las Antillas la trata de esclavos, y se conoce que los primeros enfermos estaban en La Habana.  Documentos encontrados en la Oficina del Historiador de La Habana, señalan que ellos deambulaban por las calles, y se pedía que fueran enviadas a los leprosorios y a otros lugares para atenderlos.

En el pasado el tratamiento de la lepra era distinto. El primer avance importante se realizó en 1940 con el desarrollo de un antibiótico nombrado dapsona. La larga duración del tratamiento —de años o a menudo durante toda la vida— dificultaba su cumplimiento. Luego se descubrieron la rifampicina y la clofazimina, que se añadieron al régimen terapéutico denominado tratamiento multimedicamentoso. A partir de  1981, la Organización Mundial de la Salud recomendó añadir al mismo la  clofazimina en caso de enfermedad multibacilar. Esta última combinación elimina el patógeno y cura al paciente.

La eliminación de la lepra como problema de salud pública, con una prevalencia registrada de menos de un caso por 10 000 habitantes se logró en todo el mundo hace dos décadas.

A nivel internacional, y en Cuba, se investiga de forma constante sobre la enfermedad, sobre todo, porque existe en el país un eficaz Programa Nacional de Lepra. El mismo comenzó  hace mucho tiempo, pero desde el año 1962 se ha mantenido de una forma estable.

En el territorio nacional la enfermedad dejó de ser un problema de salud desde el año 1993, a partir del cual se alcanza una tasa de prevalencia de menos de un caso por 10 mil habitantes. No obstante, cada año en el país se notifican un promedio de 200 casos nuevos, con reporte en todas las provincias, fundamentalmente Granma, Santiago de Cuba, Camagüey, Ciego de Ávila y La Habana, esta última por la cantidad de migrantes que recibe.

En la nación las personas afectadas por la lepra tienen la garantía de su tratamiento gratuito, y de su seguimiento en la atención primaria de salud, así como la vigilancia y control de sus contactos, como parte de las estrategias del Programa Nacional de Lepra para interrumpir la trasmisión de la enfermedad.

Las lepra tiene tres verdades: es curable, a la primera dosis del tratamiento los pacientes dejan de trasmitir la enfermedad, y el diagnóstico temprano evita las discapacidades.

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