¡Ni más que decir!

El 29 de mayo de 1934 quedó derogada la Enmienda Platt, apéndice impuesto por los Estados Unidos a la Constitución de Cuba en 1901, y que establecía su derecho a mantener la tutela sobre la república que nacería maniatada el 20 de mayo de 1902. Sin embargo, se mantiene vigente el artículo séptimo, referente a las propiedades norteamericanas en suelo cubano, dejándose la base naval de Guantánamo en posesión de los EEUU. Así mismo, los propósitos imperiales con  la Ley Helms -Burton no tienen otro plan como no sea el de retornar a nuestro país al status de de la primera mitad del siglo XX.

Justo ahora, cuando desde los Estados Unidos soplan vientos contaminados con tendencias a la asfixia, los cubanos no podemos olvidar lo que constituyera para nuestra nación el 20 de mayo de 1902, fecha en que se izaba nuestra enseña nacional para fundar una república que nada tenía que ver con la enunciada por José Martí basada en el principio de con todos y para el bien de todos.

El  20 de mayo de 1902 fue  instaurada la República de Cuba,  mediatizada por la Enmienda Platt…  Nació la república bajo la bota de los marines, y encadenada a Washington por un bochornoso apéndice constitucional. Pero esa  República, por suerte, llevó en su esencia la inspiración de varias generaciones de cubanos a sostener la lucha por la independencia, a no aceptar la sumisión, la humillación, las miserias que con posterioridad al primero  de enero de 1959 no sufrimos más, y que es preciso no olvidar ni obviar, so pena de volver a transitar el mismo camino.

Ahora, Trump, pretende perpetuar su hostilidad hacia Cuba, para forzar la destrucción de la Revolución Cubana, y, desde el punto de vista económico, intimidar, por todos los medios posibles, a los empresarios extranjeros, evitando las inversiones y el comercio internacional.

La ley Helms-Burton contempla la internacionalización del bloqueo; la negativa de créditos y ayuda financiera a países y organizaciones que favorezcan o promuevan la cooperación con Cuba, dificultando la inversión extranjera en la isla.

Trump, apegado al odio e instrumentos como La ley Helms-Burton,  viola flagrantemente las leyes y los derechos humanos del pueblo cubano, la Constitución de los EEUU y numerosos actos del derecho internacional, que regulan las relaciones políticas, económicas, comerciales y financieras entre los estados, y atenta contra la libertad de comercio e inversión, por lo cual ha generado conflictos con los principales socios de Estados Unidos.

 Y más recientemente viola los  derechos de los propios ciudadanos estadounidenses  de hospedarse en hoteles cubanos, tomar el ron de la Isla y fumar su tabaco. ¡Ni más que decir!