La Operación “Carlota” en la memoria de los cubanos

En los primeros días de noviembre de 1975, los cubanos tenían una mirada puesta en el proceso previo a la celebración del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, a la par que observaban los acontecimientos en las lejanas tierras de Angola, libradas del colonialismo portugués, que la consideraba su más rica posición en el continente negro.

Aunque los acuerdos de Alvor (Portugal, enero 1975)  establecían al 11 de noviembre como la fecha oficial para la proclamación de la independencia, el proceso de descolonización pretendía ser abortado por una conjura de Estados Unidos, Sudáfrica, Zaire y otros gobiernos, junto a las organizaciones fantoches del Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA) y Unión Nacional para la Integración Total de Angola (UNITA).

A inicios del año 1965, Ernesto “Che” Guevara sostuvo en el Congo Brazzaville entrevistas con la dirección del MPLA (Movimiento Popular de Liberación de Angola). «De este encuentro histórico surgiría otro compromiso, a solicitud de los patriotas angolanos: la ayuda al movimiento guerrillero contra el colonialismo portugués». Durante los diez años siguientes, Cuba contribuyó con instructores militares para entrenar, armar y apoyar a combatientes de ese país africano.

Cercana la fecha de proclamación de la independencia, el MPLA un movimiento revolucionario de probadas raíces independentistas, democráticas y humanistas, solicita con urgencia  colaboración militar ante las maniobras de las fuerzas enemigas.

En los primeros días de octubre, en buques y aviones, arriban  480 instructores, con un suministro de miles de fusiles, piezas de mortero, antiaéreas y cañones antitanques, y demás avituallamientos, para dotar a las unidades de las FAPLA (Fuerzas Armadas Para la Liberación de Angola).

La situación, sin embargo, se tornó más compleja por el avance de las fuerzas enemigas, sobre todo de las tropas regulares de África del Sur, hacia Luanda. Por tal razón, se decidió el 5 de noviembre el envío de un batallón reforzado de tropas especiales, compuesto por 650 hombres, como parte de los pasos iniciales de la conocida como la “Operación Carlota”.

Según relata en una crónica el escritor colombiano y gran amigo de Cuba, Gabriel García Márquez: «Otro 5 de noviembre como aquél, en 1843, una esclava del ingenio Triunvirato de la región de Matanzas, a quien llamaban la Negra Carlota, se había alzado machete en mano al frente de una partida de esclavos, y había muerto en la rebelión. Como homenaje a ella, la acción solidaria en Angola llevó su nombre: Operación Carlota ».

La primera etapa del plan internacionalista cubano (Noviembre 1975 a  marzo 1976) transcurrió como un silencio a voces. Cada semana era más intenso el movimiento de medios militares y tropas  hacia puertos cubanos, mientras se apreciaba un número inusual de barcos con nombres en español  en la bahía de Luanda. En febrero del 76, más de treinta mil cubanos de unidades regulares y reservistas, trasladados por aviones y en barcos de la Marina Mercante, se encontraban en los frentes de combate.

Operación-Carlota - Televisión Avileña

Por esos días, el propio Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger  expresó al  presidente venezolano Carlos Andrés Pérez: «Cómo estarán de deteriorados nuestros servicios de información, que no nos enteramos de que los cubanos iban para Angola sino cuando ya estaban allí».

El 22 de diciembre, en el acto de clausura del Primer Congreso del PCC, Fidel reconoció por primera vez que había tropas cubanas luchando en Angola y que los avances de las distintas fuerzas enemigas habían sido detenidas y muchas retrocedían, tras fracasar en la intentona de ocupar la capital antes del 11 de noviembre.

El 27 de marzo de 1976 se retira el último contingente del ejército sudafricano. No obstante, en Angola se continuó derramando sangre cubana por casi 16 años, pues tanto Pretoria como Washington y las fuerzas contrarrevolucionarias no cejaron  en sus intentos de desestabilizar al gobierno legítimo encabezado por el MPLA. Al fin, en el año 1987, en Cuito Cuanavale, otro fuerte contingente de internacionalistas cubanos, junto a las FAPLA y combatientes namibios estrecharon lazos de amistad, para “sacar a Sudáfrica de Angola y obligarlos también a salir de Namibia” 

Los últimos soldados cubanos se retiraron de Angola en mayo del año 1991. Más de dos mil internacionalistas perdieron la vida en esa misión.

Han transcurrido cuarenta y cinco años del inicio de la mayor campaña militar cubana. En la memoria de páginas de historia no escrita de alrededor de 300 mil voluntarios cubanos que atravesaron el Atlántico, en aviones y barcos,  son comunes los nombres de regiones angolanas donde se libraron importantes combates como Quifangondo, Benguela, Morros de Medunga, Catengue, Alto Balombo, Cassinga, Ebo, Calueque,  Cangamba, Sumbe, Tchipa y Cuito Cuanavale.

En días como hoy, las nuevas generaciones de hombres y mujeres en la mayor de las Antillas defienden las lecciones altruistas y ejemplares del internacionalismo cubano.