“Hombres habrá traidores, pero pueblos no…”

Al cabo de sesenta y dos años,  este 21 de octubre se rememoran aquellas palabras que en la práctica fueron epílogo  de los acontecimientos de una marcha de 30 mil camagüeyanos, con la vergüenza como arma, junto a Fidel Castro y Camilo Cienfuegos para desarticular la traición contrarrevolucionaria de Hubert Matos.

“Por conducto del diario Adelante somos nosotros los que decimos gracias, gracias pueblo camagüeyano, tu presencia en el campamento Agramonte ayudó a solucionar una traición a la Patria, hombres habrá traidores, pero pueblos no y menos Camagüey”

El periodista camagüeyano Jorge Luis Betancourt Herrera, incansable investigador de este hecho histórico, apunta en su libro “Victoria sobre una traición”:

    «Los defectos y debilidades de Hubert Matos Benítez eran propios de su procedencia burguesa», Ese manzanillero terrateniente no pudo como otros comandante rebeldes rebasar su clase social, y su ambición de poder a través de una imagen mediática estuvo presente en numerosas acciones para frenar la reforma agraria y en procedimientos divisionistas de las fuerzas revolucionarias, en tanto calificaba despectivamente de “rojos” a Raúl Castro y Ernesto Che Guevara.

En el citado libro de  Betancourt Herrera se acota que por motivos evidentemente ideológicos, el 19 de octubre este personaje envió una carta personal a Fidel en la cual «…renunciaba a la jefatura militar de Camagüey y pedía su licenciamiento», sin embargo «…fue circulada entre un grupo de dirigentes de la provincia. Realmente era una maniobra calculada»

En la noche del 20 no asistió a un acto en la actual Plaza de los Trabajadores para recordar al líder campesino Sabino Pupo y su lucha contra la Manatí Sugar Company. A esta altura de los acontecimientos el capitán Jorge Enrique Mendoza Reboredo, delegado del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) llama a Fidel quien les dio órdenes para ejecutar en la madrugada. Los primeros en sumarse fueron los policías de la Estación en la calle Avellaneda y Fuerzas Tácticas del Ejército Rebelde.

El delegado del INRA contacta nuevamente con Fidel, quien les comunicó: “!Para allá va Camilo¡”. Luego en la redacción del periódico Adelante ocuparon notas favorables a la sedición y de allí fueron a la emisora Radio Legendario donde comenzaron la denuncia de la maniobra contrarrevolucionaria y anunciaban la evidente llegada del Señor de la Vanguardia.

En el libro “Victoria sobre una traición” se destaca los pronunciamientos de Jorge Enrique y Carlos Valera, quienes fueron locutores de la emisora Radio Rebelde, en la Sierra Maestra:

«El movimiento revolucionario tiene un solo gran jefe que es el Comandante Fidel Castro Ruz, su doctrina es muy limpia y humanista (…) Camagüey, como toda Cuba, debe estar alerta, hay que tener cuidado con las noticias que se dan…»

Cerca de las 7 de la mañana, el Comandante Camilo Cienfuegos irrumpió con su prestigio y moral en el cuartel  “Agramonte”,  para detener la conjura divisionista  del jefe militar Hubert Matos, que ponía obstáculos a la implantación de las leyes revolucionarias en la provincia.

Más tarde, el Comandante en Jefe desarmado y a pie camina junto a cerca de treinta mil personas por las principales calles rumbo al cuartel. La victoria fue de lo que puede considerarse como la primera marcha del pueblo combatiente.

En el discurso pronunciado en la sede del Regimiento 2 Ignacio Agramonte, Fidel destaca:

«En instantes como este se pueden experimentar los sentimientos más disimiles (…) Se experimenta esa sensación de lo que es un pueblo leal, de lo que es un pueblo revolucionario»

Por estos días,  el pueblo camagüeyano expresa el respaldo a la Revolución cubana y ratifica el camino para un otro amanecer, inspirados en el líder de los patriotas Ignacio Agramonte, y con la vergüenza como arma no creen en cabildeos de conspiradores y demandas que humillan la soberanía conquistada a sangre, fuego y sudor.