Es difícil obviar esta frase de Eduardo Heras León, en el “Libro de los elogios”, cuando se refiere a la labor de la escritora Dora Alonso, quien en un ambiente enrarecido por la pólvora escribió páginas del heroísmo de los cubanos, en los tres días que se jugaban el destino de la Patria y la Revolución, hace 59 años.
No fue de otra manera, las opiniones coinciden al indagar, textos aparte, sobre la epopeya de Girón con milicianos camagüeyanos presentes en las acciones combativas.
Hay que apreciar el reflejo en los rostros de emociones y estados de ánimos buscados en un pasado de decisiones en favor de aquel fenómeno que transformaba la vida en la Isla.
Desde aquel joven que recorría un edificio del aeropuerto de Ciudad Libertad, en la mañana del 15 de abril, con la orden de evacuar y que el último en ver a Eduardo García Delgado, cienfueguero que le decían el “político”, mal herido, quien logró escribir con su sangre Fidel en una puerta.
Muchas son las anécdotas que se recuerdan de esas conversaciones entre periodista y protagonistas. Desde el miliciano que visitaba la novia en un pueblo aledaño a la zona invadida y de allí partió “con un M 52 y un puñado de balas” al frente; aquel de la escuela de Responsables de Milicias que quiso tirarle con su FAL desde el terraplén a un avión mercenario; el que perdió una pierna en la batalla, pero no su vocación revolucionaria; el de los primeros tanquistas en entraron a Girón…
El proyecto de agresión más poderoso jamás organizado por la CIA, aprobado un año antes por el presidente Dwight Eisenhower y llevado a cabo por su sucesor John F. Kennedy, sufrió un descalabro total. Curiosamente, la operación anfibia se nombraba “Pluto”, el muy leal y bien entrenado perrito de Mickey Mouse, y sucumbió en una sugerente Bahía de Cochinos.
La respuesta armada revolucionaria, concebida paso a paso por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, entre la madrugada del 17 y la tarde del 19 de abril, movilizó a varios batallones de milicianos, la columna uno “José Martí” del Ejército Rebelde, tanquistas, artilleros y los batallones de la Escuela de Responsables de Milicias y de la Policía Nacional Revolucionaria, los cuales enfrentaron valientemente la invasión mercenaria, entrenada y armada por los Estados Unidos.
A la brigada de la flor y nata del exilio en Miami y otras localidades se le ocasionaron alrededor de un centenar de muertos, varios cientos de heridos y mil 197 prisioneros. Los pilotos y muchachos de las “cuatro bocas” antiaéreas pusieron fuera de combate a catorce aviones B-26.
A partir de entonces, el simbolismo de Playa Girón y la gran derrota del imperialismo se convirtieron en fuerza inspiradora y de aliento, movilizadora popular en importantes tareas de la economía, bienestar social, internacionalismo y acciones políticas en defensa de la Patria, la Revolución y el Socialismo.
Hoy cubanos y cubanas caminan por los surcos de la historia, como se afirma en la canción Girón: la victoria (Sara González). Un nuevo reto se alza frente a todos en forma de una pandemia de coronavirus, que ya abarca a la gran mayoría de los países con una marcada huella de muertes y enfermos.
En cada rincón de la Isla victoriosa, a la consagración de los médicos, enfermeros y personal de la salud se suman muchas expresiones de disciplina social, colaboración y solidaridad de todos para protegernos y evitar la propagación del Covid -19. Hay muestras de mucho coraje aquí, en la patria, y allende los mares donde solicitan nuestra ayuda de emergencia.
No han faltado quienes marchan en el bando de los que odian y deshacen, con la pretensión de tapar con un dedo la obra de todo un pueblo frente a los desafíos de la pandemia. Sin embargo, las voces de rechazo a las falsas noticias –fake news– y difamaciones son más en el mundo, incluso contra el bloqueo norteamericano que obstaculiza el acceso a materias primas, materiales y otros aseguramientos a la campaña de salud.
Como en Playa Girón son reiterativos en estos días la disposición por el triunfo, con las uñas y, sobre todo, con el corazón. Nos guía un propósito: “¡Fuerza, Cuba!, que viviremos y venceremos”.