Desde 1975 la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la salud sexual como la integración de los aspectos somáticos, intelectuales y sociales del ser sexual. Un aspecto fundamental para la salud y el bienestar general de las personas, las parejas y las familias.
La capacidad de los hombres y mujeres para lograr la salud y el bienestar sexual depende de varios aspectos como: el acceso a información integral de buena calidad sobre sexo y sexualidad. Conocimiento de los riesgos que pueden correr, su vulnerabilidad ante las consecuencias adversas del sexo sin protección y la posibilidad de acceder a la atención de salud sexual.
Los problemas relacionados con el tema son de amplio alcance y abarcan desde la planificación familiar hasta las consecuencias negativas de relaciones desprotegidas y riesgosas. La ausencia de educación sexual hace que se mantengan y se creen mitos, estereotipos y que se creen tabúes en la sexualidad que dificultan las relaciones de manera natural, positiva y saludable.
Vulnerabilidades y desafíos
Uno de los sectores más susceptibles al desconocimiento del tema y a la vez de una sexualidad responsable y sana, son los jóvenes. La salud sexual del adolescente consiste en la forma en que las relaciones sexuales afectan la salud física y emocional del joven. Significa saber como entablar vínculos saludables y tomar decisiones sobre el sexo que sean adecuadas para él.
Estas edades tempranas constituyen etapas de especial importancia en lo que a sexualidad se refiere. Una de las características que podría ponerse de manifiesto en este periodo es la iniciación temprana de las relaciones sexuales, que, por lo general, no ocurren con la suficiente preparación que se necesita para asumir sus posibles consecuencias.
La idea de “no vulnerabilidad” es típica de este grupo etario, les atraen las situaciones de riesgo, mucho más en cuestiones relativas a la sexualidad. Algunos no toman en serio el sexo seguro, mientras otros asumen actitudes prejuiciosas acerca del uso del preservativo, sin incorporarlo como una exigencia de la vida sexual actual.
Esta realidad de no comprensión acerca de la necesidad del uso de métodos de protección, hace vulnerable cualquier proceso de educación sexual, haciéndolo insuficiente. No obstante, se sigue trabajando en la prevención no solo de embarazos no deseados, sino también de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), que de igual manera se encuentran presentes dentro de las problemáticas juveniles.
La amenaza de las ITS
Los datos de la OMS revelaron que más de un millón de personas se infectan cada día de alguna enfermedad de transmisión sexual, el 60% de ellas, son menores de 25 años y de ellos, el 30% son menores de 20 años.
Cuando se habla de adolescentes y enfermedades de transmisión sexual hay que tener en cuenta que el riesgo es mayor. Varias son las razones, pues al ser más jóvenes pueden contagiarse con mayor facilidad ya que su sistema inmunológico aún no está completamente formado. No son conscientes muchas veces de los riesgos que corren al contraer relaciones desprotegidas lo que los lleva a tomar decisiones sexuales peligrosas.
Las enfermedades de trasmisión sexual más frecuentes son: clamidia, gonorrea, VIH-sida, herpes genital, virus de papiloma humano (VPH) y sífilis. Algunas de ellas pueden llegar a ser muy graves, incluso mortales y por esa razón es importante prevenirlas y en el caso de que aparezcan, tratarlas. La mejor arma contra las ITS y para que el sexo sea seguro es la información.
Promoción de la salud sexual en Cuba
Ahora. ¿Qué programas y campañas existen en la isla para combatir las consecuencias que trae el desconocimiento sobre una sexualidad sana? El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) juega un papel crucial en la promoción de la salud sexual en Cuba. Como institución docente, se dedica a la investigación, educación y asesoramiento en temas de sexualidad, con un enfoque en la prevención de Infecciones de Transmisión Sexual y VIH, así como en la divulgación de derechos sexuales y reproductivos. Este centro organiza talleres, campañas y programas educativos dirigidos a jóvenes para fomentar una sexualidad responsable y segura.
La educación sexual en la isla es integral y se imparte de desde edades tempranas en las escuelas. El Ministerio de Salud Pública (MINSAP), en colaboración con organizaciones internacionales como la UNICEF y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), ha desarrollado manuales y guías para la atención a la salud sexual y reproductiva en la adolescencia. Estas iniciativas buscan garantizar que los jóvenes tengan acceso a información precisa y servicios de salud adecuados.
Una de las campañas más destacadas es la Campaña Nacional de Prevención de VIH-sida, la cual se enfoca en la educación y concientización sobre la prevención del VIH y otras ITS.
Nuestra provincia ha sido escenario de varias ferias de prevención de ITS, provenientes de esta campaña, donde se incluye la distribución de preservativos, pruebas de VIH gratuitas y confidenciales. Además, también se realizan programas de sensibilización en medios de comunicación y redes sociales.
El camino hacia la salud reproductiva
La salud materno infantil constituye una cuestión de salud sexual, pues abarca aspectos cruciales de la salud reproductiva como la planificación familiar y el acceso a anticonceptivos, que son esenciales para prevenir embarazos no deseados y complicaciones durante la gestación y el parto. Además, la prevención y el tratamiento de ITS son vitales para la salud de las madres y los recién nacidos, pues algunas de estas infecciones pueden transmitirse de una a otro.
Cuba cuenta con un programa básico de Salud Sexual y Reproductiva (SSR) conocido como el Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI). Este programa se centra en la atención integral a mujeres embarazadas y niños, pero también incluye componentes específicos para la salud sexual y reproductiva de adolescentes y jóvenes.
El PAMI busca reducir la mortalidad materna e infantil y mejorar la salud reproductiva a través de servicios de planificación familiar, educación sexual y atención prenatal y posnatal. Facilita el conocimiento y la aplicación de tecnologías gerenciales y basa sus fundamentos en lograr una calidad de vida superior tanto del bebé como de la madre.
La tasa de mortalidad infantil pasó de 7.9 por 1000 nacidos vivos en 2023 a 7.4 en 2024, según el informe presentado en julio pasado ante la Comisión de salud y Deporte de la Asamblea Nacional.
En la provincia de Camagüey, este programa enfoca su trabajo durante el actual año en el perfeccionamiento de los problemas identificados en el territorio como el bajo peso de los niños al nacer, la prematuridad y el crecimiento intrauterino y retardado. De igual manera aprovecha las ventajas de la innovación tecnológica, todo ello con la finalidad de lograr una tasa de mortalidad infantil por debajo de la media nacional.
De la prevención al empoderamiento
La salud sexual es un componente esencial del bienestar general y un derecho humano fundamental. En Cuba, la salud sexual y reproductiva es una prioridad en las políticas de salud pública con un enfoque particular en la juventud.
A pesar de los esfuerzos aún existen desafíos significativos en la atención a los jóvenes cubanos en cuanto a la sexualidad segura y responsable. La falta de recursos, además de la estigmatización y la falta de información adecuada pueden limitar el acceso de estos a los servicios de salud sexual.
Por los tanto es necesario una atención continua y esfuerzos coordinados a través de los programas educativos y las campañas de prevención existentes, y por qué no, la creación de nuevas que cubran esas áreas grises que aún existen en el tratamiento a los temas de sexualidad. De modo que llevando el conocimiento de la mano y dejando atrás la ignorancia y los estigmas caducados logremos avanzar hacia una mejor salud sexual y reproductiva para todos los jóvenes de la isla.