¿Qué define a Camagüey? ¿Los tinajones, las iglesias, las plazas, sus adoquines, sus leyendas, o sus 511 años de historia? La esencia de la urbe está en su gente, en su andar cotidiano y la manera de hablar.
Caminar por las laberinticas calles de la que fuera alguna vez Santa María del Puerto del Príncipe es encontrar en cada camagüeyano una pincelada de tradición.
No importa qué camino escojas, Camagüey siempre ofrece algo fascinante que descubrir, que admirar, que saborear. Siglo tras siglo, habitantes tras habitantes, le han aportado su huella, hasta construirla como es hoy una ciudad generosa, enamorada de sus tesoros.
Más que el tinajón: la alfarería; más allá de las iglesias: la cultura religiosa de su pueblo; el tiempo resulta un aliado para la ciudad, aquí no significa memoria petrificada sino aliento con el que dirigirse al futuro.
Una urbe que convierte el ser patrimonio cultural de la humanidad en su mejor activo. Son los camagüeyanos los que conservan y transmiten la esencia de una ciudad legendaria, son ellos el orgullo que nos define.