Frente a los dos pandemias

Bajo un bloque inhumano desde 1962, Cuba comenzó a desarrollar sus propios remedios en la década de 1980. De las 13 vacunas de su programa de inmunización, ocho son de producción local. La aplicación de estándares regulatorios y disponer de nuevas tecnologías son otras de las afectaciones del bloqueo, así como el ciclo de aprovisionamiento logístico, este último por la falta de materias primas y productos.
Pese al carácter extraterritorial de esa política, la ciencia cubana apostó por una integración con el Sistema Nacional de Salud, las universidades y otros centros de investigación y de producción para garantizar la soberanía médica.
BioCubaFarma, por ejemplo, produce 359 medicamentos de los 619 pertenecientes al cuadro básico y, debido al recrudecimiento de las medidas estadounidense hacia Cuba, 85 fármacos dejaron de fabricarse en el 2020 y suman 120 en lo que va de año.
Hoy ya Cuba ha conseguido resultados de confiabilidad y eficacia en dos de los cinco candidatos vacunales; “Abdala” y “Soberana 02” son vacunas, luego de concluir sus estudios clínicos, pero, el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, sigue siendo una política genocida y criminal, la cual daña al pueblo de la Isla, y más en medio de la pandemia de Covid-19.
En su cuenta de Twitter el canciller señaló que el Gobierno norteamericano decidió mantener sus políticas criminales en medio del enfrentamiento a la enfermedad, por lo que catalogó como un virus al cerco de Washington.
La administración de Donald Trump impuso 243 medidas coercitivas unilaterales para asfixiar la economía cubana, de las cuales 55 fueron implementadas en el transcurso de la pandemia.
A pesar del rechazo que estas reciben de la comunidad internacional, y de los llamados desde la ONU para eliminar todas las disposiciones que limitan la capacidad de los Estados de hacer frente a la pandemia, el ejecutivo de Joe Biden las mantiene vigentes.
Por más de 25 años, los países calificaron a la política de violación flagrante del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, y la consideraron el principal obstáculo para el desarrollo de la nación caribeña.