Desde hace un tiempo los efectos del cambio climático se hacen sentir con más fuerza en las áreas forestales y de cultivo, en la calidad y disponibilidad del agua, y en la reproducción de las especies. También son cada vez más intensos y frecuentes los eventos hidrometeorológicos, con lluvias intensas que ocasionan el desbordamiento de los ríos, que pueden ocasionar afectaciones a la vida del hombre y la biodiversidad.
Si no actuamos concienzudamente y a tiempo, en pocos años, la biodiversidad sufrirá la extinción de determinadas especias marinas, la reducción o desaparición de humedales, entre otras transformaciones. Estudios realizados corroboran que la agricultura se verá afectada por la salinización y la desertificación, con una disminución en la productividad y el rendimiento de los renglones agrícolas claves.
Ante esta realidad, en Camagüey como en toda Cuba, se lleva a cabo el Programa de Enfrentamiento al Cambio Climático, el cual comprende el mejoramiento de suelos, así como el beneficio de tierras, con el uso de métodos agroecológicos, por parte de un grupo de campesinos y cooperativas.
Entre los impactos de la implementación de esta estrategia figuran la instalación de molinos de viento y la puesta en marcha biodigestores, como parte del uso de fuentes renovables de energía.
Liderados por especialistas del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y con la participación del Instituto de Meteorología, los ministerios de Agricultura, Salud Pública y la Universidad “Ignacio Agramonte”, en Camagüey se han realizado un grupo de importantes investigaciones.
Con los estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgos, se aplica de manera oportuna un programa de manejo costero en las Playas de Santa Lucía, Florida y Piloto, donde se le da tratamiento a las dunas y a la vegetación.
En correspondencia con los vaticinios de científicos agramontinos en lo que respecta a la disminución de las precipitaciones, el incremento de la temperatura del aire, y la disminución de la línea costera, hoy se aprecian resultados científicos que forman parte de la estrategia ambiental de la provincia.
Destacan por ejemplo los mapas que caracterizan lo suelos del territorio, los cuales resultan la base fundamental para la implementación de los planes de desarrollo agrícola.
Igualmente se logró hacer un inventario de los terrenos afectados por la erosión, la salinidad, la compactación, la acidez, y el mal uso y manejo de los mismos.
En varios municipios se emplean tecnologías para el tratamiento de los residuales sólidos, orgánicos, en la producción del humus de lombriz y la cubierta vegetal para mitigar los efectos de la sequía.
También se trabaja en lo relacionado con el adecuado tratamiento de las cuencas hidrográficas y en la reducción de las fuentes contaminantes que vierten residuales sólidos y líquidos en el mar, en los ríos y en otros afluentes.
No obstante quedan en este tema puntos sobre los que será necesario poner toda la atención, especialmente por parte de organismos y entidades que precisan de inversiones en sus instalaciones y procesos para lograr producciones más limpias.
Camagüey también consolida su accionar en la prevención de los incendios forestales en las aéreas de mayor cobertura boscosa como la meseta de San Felipe, muy castigada en los últimos años por incendios devastadores en la época de mayor sequía.
Igualmente se adoptan variantes encaminadas a la preservación de los bosques costeros y en primer lugar de los manglares, formación que permanece en contacto directo con el mar en la que especies como el mangle rojo han desaparecido por disímiles causas, entre las que sobresalen: usos inadecuados, talas clandestinas, ocurrencia de eventos extremos como huracanes, entre otras.
También forman parte del programa, investigaciones relacionadas con penetraciones del mar, fuertes vientos, intensas lluvias, inundaciones, sequías intensas, así como el manejo del agua y el ordenamiento territorial, a nivel regional y local.
Hoy se impone, sin embargo, continuar el trabajo en la elevación de la cultura general entre directivos y en la población, e incrementar los conocimientos sobre los impactos del cambio climático con un enfoque de percepción real sobre los riesgos que provocan los fenómenos meteorológicos y el inadecuado tratamiento de los desechos industriales y domésticos, que pueden comprometer seriamente a los ecosistemas.