Adelante: Entre el periodismo y la literatura

La presentación del texto Arreglamundos. Mujeres y periodismo en Cuba, de la investigadora y periodista camagüeyana María Antonia Borroto Trujillo, como parte del programa por los sesenta y un años de “Adelante”, convoca a la reflexión acerca de los colegas que hurtaron tiempo al intenso bregar noticioso, para cada día escribir cuartillas con lenguaje literario, estéticamente más bello y estilizado.

Por el recuento del autor de estas líneas, ocho periodistas de la redacción del primer órgano de prensa fundado por la Revolución han llevado su oficio más allá y como sostiene Gabriel García Márquez, el periodismo les ayudó a escribir.

Con María Antonia coexiste un  “empujoncito”            que al recordarlo le hace sonreír con la picardía de una muchacha, pero es necesario confesar el orgullo por la actual doctora en Ciencias e investigadora de la filial de la Universidad de las Artes, quien entre otros reconocimientos recibió el Premio de Investigaciones Históricas Jorge Enrique Mendoza, otorgado por la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC).

Su trabajo sobre tres figuras cimeras del periodismo cubano Gaspar Betancourt Cisneros “El Lugareño”, Enrique José Varona, ambos camagüeyanos y Manuel Márquez Sterling, deja sin embargo una puerta abierta, pues la prensa necesita de más estudios dentro de la historiografía.

Si se buscara un riguroso orden  cronológico,  entre los colegas que ponderaron en una balanza la voluntad por el periodismo o la literatura, sería preciso iniciar por Gerónimo Álvarez Batista, un joven de 18 años Gerónimo Álvarez Batista (fallecido 2015), quien en inusual protocolo se acercó a Ernesto “Che” Guevara para entrevistarlo.  El “Che” le dijo: “cortas caña a la par mío y después te doy la entrevista”.

Y así lo hizo. Para él siempre fue una satisfacción de vida haber hecho la entrevista y, posteriormente, escribir el libro Che: una nueva batalla, publicado por la Editorial Pablo de la Torriente Brau, de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec).

Por su aporte al periodismo, es necesario mencionar al maestro de generaciones Eduardo Labrada Rodríguez, quien realizó una interesante investigación para su libro La prensa camagüeyana del siglo XIX, que parte desde el Semanario Curioso, una veintena de ejemplares manuscritos que se nutrían, entre otras fuentes, de hechos locales y de órganos informativos de otros lugares.

Especializados en temas culturales en el ejercicio del periodismo, se sumaron a la literatura  Manuel Villabella Marrero (fallecido 2018), uno de los más ilustres intelectuales de la provincia; Margarita Polo Viamontes, entre argumentos costumbristas y sobre Nicolás Guillén; y Senel Paz  que inició su floreciente marcha por la narración literaria con el cuento El lobo, el bosque y el hombre nuevo, llevado luego al cine con el titulo Fresa y Chocolate.

No puede faltan en el listado aquel muchacho de Santa Cruz del Sur Enrique Milanés quien irrumpió en las páginas de Adelante con novedosa crónica, que aun enriquece en Juventud Rebelde. Merecedor del Premio Patria, otorgado por la Sociedad Cultural José Martí, sentencia que « para los periodistas, el pensamiento del Héroe Nacional de Cuba constituye la más certera guía para un exitoso ejercicio de la labor cotidiana»

Descubridora de la herencia guilleana, durante sus estudios universitarios, Yanetsy León González, máster en Cultura Latinoamericana, coordina las páginas de la cultura  y mensual de lecturas La Hendija, del Semanario Adelante. En su labor literaria ha merecido premios de periodismo cultural Rubén Martínez Villena y  el Calendario 2013, por el ensayo Nicolás Guillén: Un cronista retrata la ciudad.

Por su parte, Jorge Luis Betancourt Herrera es uno de los graduados universitarios que a inicio de la década de los setenta, como gota a gota, se incorporó a la redacción del diario Adelante.  En su extensa trayectoria periodística  puede apreciarse una colección de libros, que germinaron de reportajes periodísticos, cuyos textos se enriquecieron con la perseverante indagación, la profundización de los tema y una aguda selección de las fuentes, sobre todo las que por distintos ángulos y puntos de vista confirmaban una verdad histórica.

Entre ellos, el libro “Victoria de  una traición” que refiere las intenciones contrarrevolucionarias de Hubert Matos en octubre de 1959, con una profunda investigación de antecedentes y repercusiones de la victoria del pueblo camagüeyano liderado por Fidel y Camilo Cienfuegos.

Igualmente, investigaciones en Ciego de Ávila y Morón culminaron en los libros “Historia de la Trocha Militar de Júcaro a Morón” (1984) y “Ceballos historia de una colonia norteamericana” (1985), derivado de un reportaje premiado por el concurso 26 de Julio de la Unión de Periodistas de Cuba, como otros textos enriquecidos en libros sobre el tema de la Campaña de Alfabetización “Por Llanos y Montañas” (2001) y “Saga de una victoria” (2004) también acerca de la extraordinaria manifestación popular en rechazo del jefe militar traidor.

A modo de una comunión en el conocimiento de la intencionalidad de los periodistas de Adelante que entregaron vida a la literatura, basta mencionar unas notas al autor de este artículo remitidas por Jorge Luis Betancourt: «Todo lo  hecho ha sido gracias al periodismo…»