Para realizar un balance sobre el Plan de la Economía en 2018, la ejecución del Presupuesto del Estado, los niveles de empleo, la situación actual del sector bancario, así como las perspectivas para el año próximo en dichos temas, autoridades cubanas estuvieron presentes en el programa televisivo la Mesa Redonda.
Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación reafirmó lo expresado en la Asamblea Nacional del Poder Popular sobre el crecimiento de un 1,2 por ciento de la economía nacional durante el año a punto de culminar. “Es un resultado meritorio”, dijo. Aunque seguidamente reconoció que no es suficiente, “pero se alcanza en circunstancias complejas, debido a diversos factores como el azote del huracán Irma”, que se tradujo en 13 mil millones de pesos perdidos, y al bloqueo impuesto por los Estados Unidos.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el promedio de crecimiento de la región en este periodo es de 1,2 por ciento. Por tanto, “estamos en el entorno de nuestra zona geográfica”, confirmó el ministro.
Sin embargo, resultó imposible alcanzar la meta del Plan de la Economía que era crecer un 2 por ciento. “No alcanzamos los niveles previstos de ingresos por nuestras exportaciones y como consecuencia de ello tampoco no pudimos importar todo lo que estaba en el Plan y eso afectó a determinadas actividades”, explicó Gil Fernández.
Las inversiones se quedaron un 15 por ciento por debajo de lo esperado y este resulta un aspecto vital. “Necesitamos cumplirlas porque es lo que genera desarrollo”, manifestó el titular del Ministerio de Economía y Planificación (MEP).
Para el curso venidero, será imprescindible obtener una mayor renta de las inversiones que se realizaron. Además, “si hacemos bien el proceso inversionista y avanzamos aceleradamente y de manera efectiva en la sustitución de importaciones, podemos crecer a una dinámica superior”, adelantó Alejandro Gil.
Un tema preocupante es el gasto de combustible y el desvío ilícito del mismo. En este sentido, el ministro admitió que dicho inconveniente se encuentra aún lejos de ser resuelto. “No podemos decir que el avance se pueda constatar. Teníamos un nivel de combustible en el Plan y ese índice de intensidad energética mejoró, pero para nada significa que tengamos resuelto el problema del desvío de combustible y el uso más eficiente del mismo”.
La intensidad energética es la cantidad de toneladas de combustible que se utilizan para producir un millón de pesos de Producto Interno Bruto (PIB). En el Plan de 2018 estaba previsto gastar 91,2 toneladas de combustible por cada millón de pesos del PIB. “Vamos a terminar en 89. Para el año próximo pronosticamos un 84,5. Debemos aumentar el control porque con menos combustible tendremos que hacer más”.
Para el 2019 la meta de crecimiento económico trazada en Cuba es de 1,5 por ciento, similar al pronóstico de 1,7 por ciento que realiza la CEPAL para América Latina y el Caribe.
Tres elementos cualitativos marcarán el devenir de la progresión en la mayor de las Antillas: 1- El crecimiento estará ajustado a nuestros recursos
2- Sin incrementar el endeudamiento externo del país
3- Sin renunciar al desarrollo.
“Podríamos plantearnos una tasa de crecimiento superior, pero estaría basada en incrementar el endeudamiento”, comentó el ministro. Existen dos vías para la obtención de divisas: exportaciones y préstamos. Pero esto últimos se devuelven con intereses y aumentarlos de forma irracional terminaría por hipotecar el futuro de la nación. Asimismo, el financiamiento externo está limitado a la capacidad de la economía para devolverlo.
Por otra parte, la meta es que crezca la inversión en la economía en un 20 por ciento con respecto al 2018 para alcanzar un total superior a más de 11 mil 300 millones de pesos.
“De cara al 2019 debemos comprometernos a cumplir el Plan, porque aunque no resuelva todas las necesidades de la población, sí influye en el nivel de vida”, sentenció Alejandro Gil.
“Es cierto que tenemos muchos problemas de control, de indisciplinas, baja productividad”, añadió. “La economía no da grandes saltos. La buena noticia es que tenemos potencialidades para crecer aun ajustando los recursos disponibles, sin aumentar el endeudamiento externo y sin renunciar al desarrollo”, concluyó el titular del MEP.
Actividades que mayor crecimiento experimentaron este año:
Transporte y las comunicaciones (5,7 %)
Industria manufacturera (3,7%)
Comercio (2 %)
Cultura y el deporte (2,3 %)
Salud pública (1,3 %)
Decrecimiento en la industria azucarera, la agricultura, la construcción y minas y canteras.
Emitir un Plan realista y cumplible, bajo el principio de que los gastos se ajusten a los recursos disponibles y que a su vez, garantice crecimiento y desarrollo, potenciando la utilización de las reservas internas, sin incrementar el endeudamiento externo del país.
Asegurar un proceso inversionista eficiente, capaz de cubrir con su rendimiento los financiamientos otorgados y que respalde los programas priorizados.
Incrementar los ingresos por exportaciones y garantizar su cobro oportuno.
Potenciar la industria nacional, con el objetivo de sustituir importaciones, buscando un mayor aprovechamiento de las capacidades productivas existentes en el país.
Lograr mayores niveles de encadenamiento de la economía en general, fundamentalmente de las entidades exportadoras y de la inversión extranjera directa con la industria nacional.
Garantizar los niveles de actividad que tributen al desarrollo.
Garantizar el abastecimiento de los principales productos priorizados y una mayor presencia en la circulación mercantil minorista de productos de líneas económicas.
Las seis líneas de trabajo para el año próximo:
Incremento y diversificación de las exportaciones.
Eficiencia del proceso inversionista y la participación de la Inversión Extranjera Directa.
Análisis integral de las operaciones de importación y ejecución de los créditos.
Sustitución de importaciones mayor participación de la Industria nacional.
Gestión de las cuentas por cobrar en el exterior. Fuente de ingreso que debe potenciarse.
Gestión de los inventarios.