Camagüey- Como muchos saben, el argot deportivo es diverso y en cada disciplina existen términos concretos que emplean tanto aficionados como jugadores para referirse a cualquier elemento del juego. Por ejemplo, en atletismo: maratón, pértiga; en baloncesto: pívot, base, mate y en el caso del ciclismo: gregario y en fútbol: delantero, desmarque, carrilero.
Muchas expresiones parten de tecnicismos y adaptaciones de otros idiomas, como el inglés. Palabras como béisbol, strike, jonrón (de home run), swing, boxear, ring, referí (o referee), quilear (de kill), noquear, córner, game, match, récord, dopaje (de dopping), playoffs, hazard, jumping, time out, esprín (de sprint), maillot, derby, penalty constituyen parte del deporte sin importar la región del planeta.
El lenguaje deportivo no escapa tampoco a la incorporación de expresiones de otros campos. “Cuidar la retaguardia”, “Dios del fútbol” o “Alimentar los circuitos de la maquinaria” son frases que más de una vez se han escuchado aludiendo a una jugada particular o el estado físico de un atleta. Pero, también este fenómeno se replica en situaciones cotidianas. Es común escuchar “se ha quedado fuera de juego”, “dar el pistoletazo de salida”, “tomar las riendas”, “dar en el blanco” o “estar contra las cuerdas”.
Este 2024 en los Juegos Olímpicos de París se han utilizado constantes guiños a la repostería francesa para referirse a los resultados de la competición.
No importa como sea el argot deportivo, por su popularidad se extrapola a nuestra vida dándole interesantes matices al idioma.