Ante la imposibilidad de convocar al tradicional ejercicio popular Meteoro debido al aislamiento social establecido para prevenir la expansión de la COVID-19, el Consejo de Defensa Provincial (CDP) indicó la realización de actividades prácticas y de mitigación de riesgos en todos los municipios de cara a la ya cercana temporada ciclónica.

Desde el 18 de mayo y hasta este 31 tienen lugar la poda y tala de árboles, el drenaje de zanjas, arroyos y ríos, sobre todo en la ciudad cabecera, atravesada por dos grandes y varios afluentes, y la desobstrucción de drenajes, informó el Teniente Coronel Félix Villegas Varona, jefe del grupo de Defensa Civil del CDP.

Añadió que en las entidades estatales, instituciones y organismos, según establecen las directivas del Consejo de Defensa Nacional, los administrativos son jefes de la Defensa Civil, por lo que asumen la responsabilidad de mitigar, mediante la prevención, los daños ante eventos climatológicos, sanitarios y accidentes en su radio de acción, para lo cual elaboran, chequean y actualizan anualmente los planes para la reducción de riesgos de desastres.

Este año, a pesar de la situación excepcional impuesta por la pandemia y de limitaciones económicas, en cada lugar deben realizar las habituales limpiezas de azoteas y tragantes, la poda, deshierbe y saneamiento dentro de las áreas perimetrales, y todo lo previsto en dichos documentos, aunque se ha insistido en lo relacionado con el azote de los huracanes.

De igual modo, esta etapa de preparación se aprovecha para garantizar las condiciones de protección del patrimonio de cada centro laboral y los recursos materiales, con énfasis en los que aseguran reservas de alimentos, medicamentos, combustibles y otros indispensables ante un evento climatológico.

Cada año, el ejercicio Meteoro, previo al inicio de la temporada ciclónica, tiene un marcado carácter popular pues en las escuelas, colectivos laborales y en las comunidades no solo se prevén, para eliminarlas o minimizarlas, las causas de daños ante la ocurrencia de fenómenos meteorológicos, intensas sequías, incendios, desastres sanitarios y otros, sino que se prepara a la población para su enfrentamiento desde el punto de vista teórico y práctico.

La temporada ciclónica en particular, que se extiende del 1ro. de junio al 30 de noviembre, representa una alta prioridad para el Estado y pueblo cubanos pues, debido a su situación geográfica, el Archipiélago está en riesgo de ser azotado por tormentas tropicales y ciclones. Por ello, la premisa es aprender a convivir con los huracanes, realizar acciones para mitigar sus posibles efectos, con protagonismo para el plan de enfrentamiento al cambio climático conocido como Tarea Vida, y mantener informada a la ciudadanía.

La actual temporada se pronostica activa, pero los especialistas de Meteorología y las autoridades insisten en que las características de cada año no determinan el nivel de prevención, pues Cuba debe permanecer siempre preparada y alerta.