A pesar del bloqueo comercial, nuestro pueblo labora con tanta fuerza en las ideas como en los brazos

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, extendió por un año más el bloqueo comercial aplicado contra Cuba desde 1962. Sin embargo, nuestro pueblo sigue juntanto filas en la decisión de enfrentar  al imperialismo yanqui y de triunfar frente a la compleja situación por la que transita actualmente nuestro país socialista y soberano con  el abastecimiento de combustible.

Al reconocer la audacia, la comprensión y ese sentimiento de valentía que en los cubanos infunden los tiempos difíciles, Miguel Díaz-Canel Bermúdez dijo que este es el Girón de estos tiempos y una oportunidad ideal para que los jóvenes se entrenen y demuestren su pujanza.

 Desde 1962 —hace 57 años— Estados Unidos impone un bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba que, según cifras oficiales, ha provocado daños acumulados que ascienden a 933.678 millones de dólares, tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional.

En 27 ocasiones, desde 1992, la comunidad internacional en el seno de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas ha rechazado mayoritariamente el bloqueo de EEUU contra la isla.

La semana pasada se informó de que el Departamento del Tesoro de EE.UU. había modificado el Reglamento de Control de Activos de Cuba para imponer nuevas sanciones a la isla, en represalia por apoyar al Gobierno de Venezuela. Estas nuevas sanciones incluyen medidas para evitar que La Habana tenga acceso a divisas.

En los últimos meses, EE.UU. ha aumentado las sanciones sobre Cuba a la par que recrudece la presión sobre Venezuela. A principios de junio, Washington aprobó nuevas restricciones contra La Habana, prohibiendo los viajes grupales educativos a la isla y cancelando las autorizaciones para barcos de recreo y de pasajeros, incluidos los cruceros y los yates, así como para aviones privados.

Semanas antes entraba en vigor la totalidad de la conocida como «ley Helms-Burton», que permite que ciudadanos que hubieran visto sus tierras expropiadas durante la Revolución cubana realicen demandas en la Justicia estadounidense.

(Con información de RT y Sputnik)