A la gatica de María Ramos se le ve la mano…

 

Deben recordar aquellos que peinan canas la expresión popular que definía a los hipócritas de una manera magistral, como siempre hacen los pueblos: “La gatica de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano…”

Se refería a esos seres que parecen no levantar una brizna de polvo (tan aparentemente suaves son sus acciones) y bajan la vista ruborosos cual jovencita del Medioevo en presencia de un guerrero de las llamadas tribus bárbaras, desgreñado y agresivo.

El incauto juzga por las apariencias y otorga su confianza a fulano o a mengano, que “parecen tan buenos”… y así engañan a medio mundo. Sin embargo, el vecino del norte, “Trumpito” ya no engaña ni a la más cándida de las abuelitas, con su manoseado cuento de “érase una vez una democracia que por desgracia, la pobrecita, tuvo que defenderse de los malos y caerle a bombazos y a misiles a cuanto pueblo se cruzó en el camino de los valientes libertadores de la humanidad… etc. Etc. Etc.”

Primero quedaron al descubierto sus patas peludas de lobo cuando se desmintió el socorrido almacenamiento de armas químicas en Iraq, más tarde cuando aquella historieta mal dibujada de “quienes den albergue a los terroristas serán nuestros enemigos…” que también quedó al desnudo, como también sus verdaderas intenciones al nublar con bombas el cielo de Libia, una de las repúblicas de mejor estatus económico de la región, hazaña que concluyó con el asesinato del líder Muahmar Al Gadafi.

Y así una tras otra han caído por su propio peso las falacias de los “libre-pensadores, defensores de las libertades y las oportunidades para todos” que no saben cómo resolver el más grave de sus problemas, la violencia y los continuos asesinatos a tiro limpio de inocentes en las escuelas… claro es muy difícil decirle ¡basta!

A los buenos amigos de la Asociación del Rifle, millonarios todos por cierto, y que han contribuido generosamente con las campañas electorales de más de un presidente, incluido el rubio Donaldito.

Ahora vuelven nada menos que con 20 millones de dólares (esa es la cifra visible, la real es muy superior) para contribuir a “fomentar la democracia” en Cuba, una tierra que desde hace más de medio siglo decidió emprender libremente su propio camino, y no ha renunciado a él, a pesar del bárbaro bloqueo que inútilmente trata de doblegar a más de once millones de personas.

¿Democracia “Made in USA en un país en el cual una maestra, un médico, un campesino, un artista o un carpintero pueden y de hecho lo hacen, compartir asientos en el Parlamento, junto a intelectuales, científicos, eminentes personalidades de la economía o la política?

Construirnos por la fuerza del dólar una democracia falsa, al estilo de la del Tío Sam, cuando en la nuestra, desde la misma cuadra, proponemos al vecino que más preparado esté para representarnos en las más altas esferas del gobierno?

Gracias mi no estimado Trumpito, ponga esos milloncitos, y otros que por ahí aparecerán, donde usted sabe, que a nadie engaña el cuento de la “gatica de María Ramos…” Aquí, a 90 millas sabemos lo que queremos, y sabemos cómo conseguirlo Quizás usted no lo sepa, pues según dice nunca ha leído un libro, y supongo que tampoco sabrá consultar un diccionario, pero eso es sencillamente SOBERANIA.