Camagüey- Con la llegada del mes de junio las calles de Camagüey se tornan diferentes, y los matices de las tardes se mezclan con el ritmo que dejan cientos de tambores. A días del San Juan Camagüeyano el pueblo se prepara para una nueva edición del evento.
Gran magia lleva consigo esta festividad que reúne a cientos de personas de todas las edades en una explosión de color y música es única. Este sentimiento late desde cada una de las calles y callejones que son testigos desde el primer sonido creado en los ensayos. En cada barrio, se reúnen los integrantes de las comparsas para afinar sus pasos y ritmos, con la esperanza de dejar huella en el desfile. El sonido resuena por las calles invitando a todos a participar.
Vestuarios, coreografías y la esencia misma del criollo forman al unísono una tradición que ha tejido durante años la historia principeña. Junto a los tinajones y las iglesias, esta tradición forma parte de la identidad local.
El San Juan Camagüeyano ha sido durante generaciones una de las festividades más queridas. En cada edición, las congas y comparsas retumban en los adoquines ansiosos por contar pasos de alegría.
Por Maday Cala Tabarcia