La diabetes, un flagelo en ascenso

En todo el orbe más de 347 millones de personas viven con diabetes y más de  un millón fallecen por esta causa cada año, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las alarmantes cifras, denotan el avance de la enfermedad que se caracteriza por un conjunto de trastornos metabólicos debido a concentraciones elevadas de glucosa en sangre de manera persistente o crónica.

El exceso de peso corporal y la inactividad física constituyen factores de riesgo para padecer la dolencia, a la que además un número importante  de pacientes está predispuesto por cuestiones hereditarias. La  emisión excesiva de orina, el aumento anormal de la necesidad de comer, el incremento de la sed, y la pérdida de peso sin razón aparente constituyen la sintomatología esencial.

Cada 14 de noviembre es destacado como  el Día Mundial de la Diabetes, sin dudas una forma  de centrar la atención en dicho tema. Sus  elevados índices en detrimento de la salud de muchos,  preocupan seriamente a escala internacional.

La enfermedad tiene varios tipos y agravantes. La diabetes mellitus tipo 1, se caracteriza por  una destrucción total de las células β, lo que conlleva a una deficiencia absoluta de insulina.

La  diabetes mellitus tipo 2 se genera como consecuencia de un defecto progresivo en la secreción de insulina, así como el antecedente de resistencia periférica a la misma.

La Diabetes gestacional, por su parte, se diagnostica  durante el embarazo. Existen además otros tipos ocasionados por varias razones.
El padecimiento produce complicaciones que dañan frecuentemente a ojos, riñones, nervios y vasos sanguíneos. Sus complicaciones agudas (hipoglucemia, cetoacidosis, coma hiperosmolar no cetósico) son consecuencia de un control inadecuado de la enfermedad mientras sus complicaciones crónicas (cardiovasculares, nefropatías, retinopatías, neuropatías y daños microvasculares) son consecuencia del progreso de la enfermedad.

La dieta saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un adecuado peso corporal y eliminar el  hábito de fumar,  pueden prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición.

En Cuba, el Ministerio de Salud Pública trabaja en  reducir la tasa de mortalidad, de un 11% actualmente como la octava causa de muerte, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).

La clave es el diagnóstico temprano y oportuno, con un inmediato tratamiento intensivo. El impacto de  los programas que en la isla benefician a estos pacientes se percibe en los índices de esperanza de vida, los más altos en la región;  de  76,5 en hombres y  80,4 para las mujeres. En ello el trabajo comunitario desde la atención primaria de salud resulta determinante.