El ejemplo de revolucionario consecuente

En el aniversario 93 del natalicio del Comandante de la Revolución Juan Almeida, los cubanos recuerdan distintas facetas de aquel negro, humilde albañil, entre otros múltiples oficios para ayudar a una numerosa familia, quién abrazó la causa revolucionaria de estudiantes universitarios. Con un rifle calibre 22, también fue el 26 de julio de 1953 a tomar por asalto la mayor fortaleza de la dictadura de Fulgencio Batista, en el oriente de la Isla.

Después del revés en el asalto al cuartel Moncada fue capturado. Una foto junto a Fidel y el cuadro de José Martí. En el juicio declaró que sus ideas provenían «de las lecturas de obras de Martí y de las historias de nuestros mambises (…)».

Tras la liberación de combatientes por reclamo popular, Almeida es perseguido por el aparato represivo y parte al exilio en las tierras mexicanas a inicios de 1956, a la escuela de combatientes y patriotas que retornarían a Cuba a finales del año en la expedición del yate “Granma”, para el reiniciar la lucha armada contra el tirano.

Una frase de la canción “La Lupe”, de su autoría, define el estado de ánimo en el momento de la despedida de la tierra mexicana: “Que mi tierra me llama a vencer o a morir”.

De la intransigencia revolucionaria que siempre lo caracterizó, hoy inspira a los hombres y mujeres, frente a un poderoso enemigo, la frase aquí no se rinde nadie, acompañada de una palabrota en la región oriental de la Isla, cuando el contingente revolucionario desembarcado recibe el bautismo de fuego frente a la soldadesca del gobierno de Batista.

Luego de la acción, el nuevo capitán, grado obtenido por su preparación militar, venció el cerco junto a otros compañeros y ya en la Sierra Maestra, se reúne al Fidel decidido a ganar la guerra y por tal razón se convirtió en destacado guerrillero. Fue ascendido al grado de Comandante en febrero de 1958. El General de Ejército y primer secretario del Comité Central de Partido, Raúl Castro Ruz destacó que Almeida cumplió, con su proverbial lealtad, eficacia y espíritu de sacrificio, la misión de jefe del Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy y posteriormente cerrar el cerco a la ciudad de Santiago de Cuba.

 Después del triunfo de la Revolución en el año 1959, el Comandante Almeida se transforma en el quehacer diario en una figura política prominente de la nueva sociedad cubana, en la lucha contra las múltiples acciones del enemigo, el juicio a los mercenarios de Playa Girón, y la resistencia frente al bloqueo imperialista. Ocupó cargos importantes en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y realizó diferentes funciones políticas en varios territorios. Elegido, una y otra vez, para el Buró Político del Partido Comunista de Cuba y el Consejo de Estado.

 En la atareada vida como jefe militar, dirigente político y también cronista de su tiempo histórico, con trece obras literarias, y compositor musical de más de 300 canciones entre las que se destacan particularmente “La Lupe”, “Este camino largo”, “Mejor concluir”, “Vuelve pronto” y “Mejor diciembre”.

 Los camagüeyanos rememoran el gran interés por la transformación de esta llanura camagüeyanas en la que se edificaron múltiples obras industriales, educacionales… Todos apreciamos las personales palabras de aliento, un año antes de fallecer, para salir de los embates de la naturaleza, cuando esta provincia fue azotada por los huracanes “Ike” y “Paloma” en el año 2008.

El Héroe de la República de Cuba, Juan Almeida Bosque falleció el 11 septiembre 2009, tenía al morir 82 años de edad. Su ejemplo lo convierte en el hombre que nunca se rinde.  Fidel Castro dijo sobre esta personalidad de la Revolución Cubana: «Defendió principios de justicia que serán defendidos en cualquier tiempo y en cualquier época, mientras los seres humanos respiren sobre la tierra».