«Al acero responda el acero»

La guerra no es «el insano triunfo de un partido cubano sobre otro o la humillación de un grupo equivocado de cubanos (se refiere a autonomistas y anexionistas) sino la demostración de la voluntad de un país harto probado en la guerra anterior para lanzarse en un conflicto solo terminable por la victoria o el sepulcro». Ese revolucionario concepto fue expuesto en el manifiesto de Montecristi, documento que reflejaba el sentir de José Martí y Máximo Gómez, cuando anunciaban al mundo las razones de la guerra del pueblo cubano por su independencia.

Hace 126 años, el dominicano Máximo Gómez, uno de los robles de la “Guerra de los Diez Años” y José Martí, puede considerarse representante de los “pinos nuevos” que pretenden volver a empuñar el machete independentista del yugo español, culminaban la elaboración programa político-militar de la Guerra Necesaria.
 
En una humilde vivienda de apacible y pintoresco lugar de la costa norte de República Dominicana, bautizado por Cristóbal Colón como Montecristi (Monte Christy 1493), los dos hermanos de ideales: el prestigioso general mambí y el hombre apasionado que había levantado voluntades para reanimar la insurrección, firmaron y dieron a conocer el 25 de marzo de 1895 el Manifiesto de Montecristi.
El proyecto libertario rechazaba cualquier intervención militar extranjera para concluir la guerra, que en aquel contexto solo podría ser la de Estados Unidos,: ”Los cubanos empezamos la guerra, y los cubanos y los españoles la terminaremos. No nos maltraten, y no se les maltratará. Respeten, y se les respetará. Al acero responda el acero”.

Coincidentemente, con la publicación de este artículo, el sitio Cubadebate informa que durante una audiencia en la Cámara de Representantes de EE.UU. para debatir “si el Distrito de Columbia (DC) debería convertirse en el estado número 51 de la Unión, el analista político neoconservador Bill Kristol ofreció una opinión bastante inusual: que DC se convierta en un estado y, de paso, que Puerto Rico y Cuba también lo sean.”

http://www.cubadebate.cu/especiales/2021/03/23/anexion-de-cuba-un-neoconservador-estadounidense-aboga-por-convertir-la-isla-en-parte-de-eeuu/

La convergencia de los líderes del alzamiento tiene el objetivo de ajustar la trama conspirativa para incrementar la lucha en tierras cubanas. Se propone que Gómez y otros viejos luchadores se sumen a las operaciones combativas, en tanto Martí regresaría a New York, para asegurar pertrechos, hombres y el apoyo propagandístico. El Delegado acata disciplinadamente la decisión, pero no pudieron convencerlo en una segunda oportunidad del análisis del escenario incipiente de la Revolución.

Se actúa con mucha cautela para evitar indiscreciones, pero impuestos de la premura de multiplicar el Manifiesto, incluso el Delegado da instrucciones a sus colaboradores en New York que no se empleen los talleres de impresión donde se editaba el periódico Patria. Aún estaba latente el revés del Plan Fernandina, donde se incautaron los recursos previstos para una guerra de corta duración en la Isla.

Desembarco en Playitas, cuadro de Juan Emilio Hernández Giró.

José Martí, Máximo Gómez y otros luchadores desembarcan en la costa oriental de Cuba para el reinicio de la lucha independentista, el 11 de abril de 1895.  Para el momento en que ponen pie en tierra, toda la isla vibra desde el 24 de febrero por la nueva clarinada en la contienda contra el colonialismo español.