Asistentes virtuales: la voz de la tecnología

Hablar por teléfono celular fue un suceso novedoso que con el paso de los años ha quedado varado en la cotidianeidad y la necesidad. Pero, qué sucede si es hablar al teléfono, o sea, indicarle al dispositivo móvil nuestra necesidad y que esta sea resuelta. Afortunadamente, y gracias a las maravillas de la tecnología, esto ya es posible gracias a los asistentes virtuales.

La semilla de los asistentes personales virtuales nació de un proyecto militar llamado CALO (cognitive assistants that learns and organizes) de SRI International que décadas después dio como resultado el popular Siri. En el año  1962 se realizó la primera demostración de reconocimiento digital de voz con IBM Shoebox durante la feria mundial de Seattle. En ese momento el ordenador reconoció  16 palabras habladas y los nueve primeros dígitos. Ocho años despúes, la Universidad Carnegie Mellon de Pensilvania, con ayuda del Gobierno de EEUU, desarrolló Harpy el cual interpretó un millar de palabras. En 1994, el teléfono IBM Simon definió las bases de los asistentes virtuales tal y como son conocidos en la actualidad. Fue en 2011 cuando nace Siri, presentado como integrante estrella del iPhone 4S, producto de la adquisición de Apple de Siri, spinoff de SRI International.

A partir allí fue una revolución con resultados positivos. Los asistentes virtuales son reconocidos como una aplicación capaz de procesar comandos de voz en lenguaje natural para realizar tareas para los usuarios. El software no solo utiliza tecnologías emergentes como el reconocimiento de voz y la inteligencia artificial, sino que estas plataformas también aprovechan la gran cantidad de datos que recopilan como entrada para los algoritmos de aprendizaje automático.

Los asistentes virtuales se clasifican en diferentes tipos de acuerdo a la necesidad que responde. De esta manera existen los personales , muy utilizados para perfectos para organizar tareas y documentos; de voz integrados, principalmente a dispositivos inteligentes; para empresas, para asistir a los empleados en sus diferentes tareas; chatbots, pioneros de la asistencia virtual; y los asistentes personalizados, diseñados para tareas, campos e industrias específicas.

Por su condición de agentes de software se alojan tanto en dispositivos como en plataformas operativas. Los más populares entre los usuarios son los altavoces inteligentes como Mycroft y Amazon Echo. Además, se ha incluido en aplicaciones móviles de reconocidas compañías como Domino`s Pizza con Dom. A esto se une las aplicaciones en mensajería instantánea, automóviles, relojes inteligentes, electrodomésticos, entre otros.

Su funcionamiento se sustenta sobre las necesidades básicas de los usuarios, entre ellas el análisis de datos, la investigación, la gestión del tiempo, la integración con otros sistemas, entre otras cuestiones. Siri no es el único ejemplo pues lo acompañan otros asistentes virtuales como Alexa y GoogleAssistant, cada uno cuenta con preferencias particulares.

Este tema no se estanca en el tiempo pues hasta en la Inteligencia Artificial tiene repercusión. Se han podido entrenar modelos de IA programados para realizar diferentes tareas a partir del lenguaje humano; las mismas van desde resumir y generar texto, escribir código informático sofisticado y crear imágenes fotorrealistas.

Los asistentes virtuales enfrentan en su camino mucho retos marcados por la seguridad, la privacidad de los datos, la personalización y la interactividad. No obstante, su popularidad no puede dudarse en la sociedad actual. Son un ejemplo del desarrollo del intelecto humano aplicado a la tecnología en función de la educación, la dinámica empresarial y la gestión personal.

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