A 255 años de la toma de La Habana por los ingleses

(Imagen tomada de bohemia.cu)

Con este calor que tenemos los cubanos en el mes de junio, aunque ha aumentado con el cambio climático, se imaginan ustedes el ambiente incómodo de  aquellos veintidós mil soldados y marinos,  uniformados de casaca roja, cruzados por blancas bandas y con botas altas de cuero, que llegaron cerca de la bahía de La Habana tras más de tres meses de agotador viaje desde Inglaterra.

No eran los famosos piratas Francis Drake, convertido en Sir, y Henry Morgan,  quienes en diferentes momentos históricos azotaron costas y poblaciones cubanas. El plan aquel 6 de junio de 1762 era biggest, es decir el más grande. De todas  todas — all in all— la intención era apoderarse del puerto más importante del Caribe.

La presencia de la poderosa escuadra inglesa, comandada por el almirante George Pocock, sorprendió a las principales autoridades españolas, de emperifollado ropaje, y en fin a los habitantes de la ciudad, también en medio del sofocante calor de junio.  Eran cerca de las diez de la mañana, cuando  el gobernador Juan del Prado Portocarrero recibe la mala noticia,  mientras asistía en la Parroquial Mayor a la fiesta religiosa conocida como Santísimo Corpus Christi.

Todas las fuerzas terrestres y navales fueron movilizadas y convocada la milicia, a la cual se sumaron vecinos de la villa, para la defensa de castillos, fortificaciones,  comunidades  y las playas. El resto de la población era evacuada hacia el campo.

Tras una errática  estrategia defensiva y los desiguales combates durante dos meses con un enemigo  superior en fuerzas adiestradas, artillería y otros medios, en La Habana se firma la capitulación con los invasores británicos el 12 de agosto.

Duro es el pesar de las páginas de heroísmo en la defensa del Castillo de los Tres Reyes del Morro, a la entrada de la bahía, y otras acciones ejemplares tanto de los militares como de los destacamentos populares.

En modo alguno, la población aceptó a los ocupantes ingleses y  demostró de múltiples maneras su descontento en la ciudad sitiada durante once meses, hasta con el choteo de llamarlos mameyes por el color rojizo del uniforme.

Para la fecha que ocurren los acontecimientos, el criollo es un sujeto que ha comenzado a toma conciencia de sí mismo y muchos se reconocen como alguien diferente al “español”, en tanto prevalece el amor por la tierra y, además, manifiesta sus ideales a través del arte, la literatura y la historia.

Algunos autores refieren que esa identidad del criollo se aprecia en la defensa de la villa de Guanabacoa dirigida por Pepe Antonio, ante la toma de La Habana por los ingleses en el año 1762. Surgió un sentimiento de patriotismo entre la población.

Los ingleses se marcharon el 6 de julio de 1763 de la capital cubana, como consecuencia de una negociación con España a cambio de La Florida.

 

http://bohemia.cu/historia/2017/06/ingleses-en-la-habana/

https://www.ecured.cu/Toma_de_La_Habana_por_los_ingleses

http://el-lugareno.blogspot.com/2009/04/el-tortuoso-camino-en-la-formacion-de.html