MISILES DE DIGNIDAD

El 22 de octubre de l962, el archipiélago cubano de punta cabo, se estremece por la vorágine de alrededor de 300 mil milicianos y milicianas, combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, marchaban hacia sus puestos de combate.

Adelantándose tres horas a las declaraciones de Kennedy sobre  la presencia de cohetes con ojivas nucleares y otras fuerzas y medios de combate soviéticos en Cuba. Fidel llamó ¡A las armas!. El periódico de circulación nacional “Revolución” publicó un gran titular LA NACIÓN EN PIE DE GUERRA. Entre el 22 y el 28 de octubre  el pueblo y el mundo están a las expectativas de los detalles en las intervenciones del Comandante en Jefe en emisoras de televisión y la radio, al igual que en la prensa escrita.

Fueron momentos de gran tensión para la humanidad al borde del holocausto nuclear, definido en la historia como la “Crisis de Octubre” y también como “Crisis de los Misiles”.

Lo que no pudieron calcular los señores de la guerra fue la reacción de un pueblo, sereno e intransigente, dispuesto a jugársela el todo por el todo ante un evidente ataque de los Estados Unidos.

Los acontecimientos dieron un giro, al sentarse en la mesa de negociaciones los soviéticos, por iniciativa de Nikita Jruschov, y los norteamericanos. Sin contar con Cuba firmaron acuerdos. La dirección cubana se indignó.

En la conferencia de La Habana en octubre de 2002, al tocar el tema del retiro inconsulto de los misiles vimos a Fidel Castro volver a indignarse a medida que hablaba:

    “Lo que yo vi era lo más parecido a una capitulación. ¡Han cedido! El 26 de octubre enviaron el primer mensaje, medio dulzón, al gobierno de Washington. ¡Actuaban en forma precipitada!. ¡En esas circunstancias hay que mantener los nervios, y los nervios se perdieron, cuando se aceptan las exigencias a cambio de una promesa! […] Cuando vi el acuerdo, vi un retroceso sin freno. Pedimos que quedara algo simbólico, una unidad al menos: si no se llevaban todo, hasta el último soldado. Esperábamos que nos dejaran todo lo que no fueran armas nucleares. […] ¡Se había producido un retroceso total! Nosotros no creíamos en una garantía de palabra. Pero lo que más nos ofendía era el tipo de acuerdo y la forma en que lo hicieron. ¡Era ridículo! ¡Garantía con ataques piratas, con bloqueo, con planes de asesinato, con base naval en nuestro territorio! ¡La base naval de Guantánamo está por la fuerza! Y jamás hemos hecho un acto hostil contra esa base, que es una provocación. […] Hubo errores políticos y debilitamiento moral….

En los sesenta años  posteriores a esos trascendentales acontecimientos, los cubanos no han dejado de desplegar un enorme esfuerzo político, patriótico, soberano y revolucionario. No tembló el pueblo en los heroicos días de Octubre de 1962, ni en ningún otro momento después…ni lo hará, pues disponemos de misiles de dignidad