Comienza en La Habana el XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros

El XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO), comenzó hoy en el Palacio de las Convenciones de La Habana, bajo el lema “Unidos somos más fuertes”.

Cuba es sede del EIPCO por primera vez desde su fundación en Atenas, Grecia, en 1998. El encuentro, que congrega en La Habana a decenas de fuerzas políticas del mundo, permitirá reflexionar sobre los enormes desafíos que enfrentan las fuerzas de izquierda ante la ofensiva imperialista, en su afán de imponer su hegemonía a nivel global, y la imperiosa necesidad de continuar fortaleciendo la unidad, la solidaridad y la concertación de los partidos comunistas y obreros del mundo, en pos de la lucha de nuestros pueblos por su verdadera y definitiva emancipación.

De acuerdo con sus organizadores, el escenario es propicio para proponer y coordinar iniciativas e intercambiar ideas acerca de la situación internacional, las problemáticas que enfrentan cada uno de los partidos en sus espacios regionales y nacionales.

El EIPCO es la organización de partidos comunistas más abarcadora y antigua que existe. Surge en un momento de gran incertidumbre para la izquierda comunista internacional, tras el derrumbe del campo socialista europeo y la desintegración de la URSS. En su membresía confluyen diversos partidos afines a la ideología marxista-leninista, comunista e internacionalista. Está integrado por 117 organizaciones de todos los continentes.

Desde la celebración del II EIPCO se creó un Grupo de Trabajo que integran partidos de diferentes regiones geográficas, compuesto por  25 partidos, entre los cuales ha estado de forma permanente el Partido Comunista de Cuba, en representación de la región de América Latina y el Caribe.

Con la adopción de una Declaración Final y un Plan de Acción deberá concluir este evento, que incluirá en su agenda recorridos a sitios de interés social en la capital del país.

Durante el acto inaugural del evento, el vicejefe y coordinador del departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Ángel Arguaza Reyes, informó que este jueves se celebró la reunión del Grupo de Trabajo del XXII EIPCO, con la participación de 24 de sus 25 integrantes, y de otros 24 partidos que mostraron interés en participar en los debates y deliberaciones, “que se realizaron en un espíritu de respeto, intercambio abierto y disposición a alcanzar el consenso”.

Aunar esfuerzos frente al capitalismo y sus políticas

Al darle la bienvenida a los delegados del encuentro internacional, Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y secretario de Organización del Partido Comunista de Cuba, abogó porque la cita en La Habana contribuya a aunar esfuerzos frente al capitalismo y sus políticas, la amenaza del fascismo y la guerra; en defensa de la paz, el medio ambiente, los derechos de los trabajadores y del socialismo.

Morales Ojeda destacó que la reunión de los partidos comunistas y obreros se produce en medio de un convulso contexto internacional, matizado por las complejidades propias de cada nación, lo cual nos plantea el reto de establecer un marco de acción proactiva que fortalezca la unidad para enfrentar los desafíos que se presentan en nuestras luchas.

¿Qué nos une a todos los comunistas, socialistas, revolucionarios y obreros?, se preguntó, y afirmó que “nos une el antimperialismo, que resume el empeño común de lograr un mundo mejor y de justicia social, de promover el desarrollo y la prosperidad de todas las naciones, de alcanzar el bienestar y la felicidad, y de lograr el respeto por la conservación del medio ambiente”.

Morales Ojeda agregó que las guerras imperialistas, encabezadas por Estados Unidos durante todos estos años, y la irresponsable expansión de la amenazante OTAN, no son hoy los únicos factores que perturban la paz y el desarrollo mundial. “La proliferación del fascismo, la xenofobia, los discursos de odio, son flagelos que cada vez con más frecuencia acechan a las comunidades y las naciones”.

El mundo es cada vez más desigual. ¿Cómo cumplir entonces con el ideal de justicia social que nos mueve?, inquirió. “En esta era que nos ha tocado vivir las demandas sociales se multiplican, aumenta el índice de pobreza, el desempleo, la inseguridad alimentaria, los problemas de salud son aún más globales y letales…en resumen, se globalizan las diferencias”.

Sostuvo que “nos enfrentamos a un imperio que renueva sus esfuerzos y afianzar la hegemonía. La guerra que nos plantea no solo está en los campos de batalla. Hay otra guerra que es tan dura, compleja y peligrosa como la convencional, porque se está desarrollando a nivel de las ideas y de la conciencia de nuestros pueblos”.

“Los misiles de esa guerra destruyen la cultura, borran identidades, menosprecian los valores humanos y establecen modelos ideológicos a nivel social que potencian el individualismo, el egoísmo, la exclusión y la violencia”, dijo y agregó que “es una guerra que se desarrolla en un terreno virtual, en el que el imperialismo tiene el control total y decide cuando silenciar nuestras voces, como acaban de hacer recientemente con cientos de usuarios cubanos”.

Morales Ojeda ratificó que Cuba sigue siendo la isla irredenta frente al imperialismo, castigada por defender el ideal socialista y su compromiso con todas las causas justas. “Ha sido muy alto el precio que hemos debido pagar por la osadía de enfrentar con firmeza al imperio más grande de la historia; bloqueados y agredidos desde los inicios mismos de la Revolución”.

Afirmó que la hostilidad estadounidense contra Cuba durante los últimos seis años no ha tenido precedente. “Donald Trump implementó 243 medidas adicionales al bloqueo económico, comercial y financiero, estrategia que desde la década del sesenta del pasado siglo aparece bien delineada en documentos oficiales del Gobierno de los EE.UU., dirigida a asfixiar nuestra economía y con ello implosionar la sociedad”.

Señaló que varias de esas medidas fueron ejecutadas de manera oportunista y criminal durante la etapa más compleja de la pandemia de covid-19 y mantenidas por el presidente Joe Biden.

“A Cuba le negaron hasta el oxígeno cuando más lo necesitó”, dijo y subrayó que gracias al extraordinario esfuerzo de los científicos cubanos logramos vencer a la pandemia, y producir vacunas propias para inmunizar a la población.

Denunció que EE.UU. fragua planes de desestabilización mediante los métodos de guerra no convencional, “intentan desesperadamente generar el llamado estallido social en Cuba, que no le funciona por la confianza de la inmensa mayoría del pueblo que mantiene a la Revolución y al Socialismo”.

“Ninguno de estos planes nos apartará del camino trazado en la actualización del modelo económico y social cubano, del ordenamiento jurídico para consolidarnos como un Estado socialista, de derecho y justicia social, según se refrenda en la Constitución de la República de 2019”, apuntó, y agregó que “seguimos apostando por la construcción de una sociedad cada vez más justa y solidaria”.

El miembro del Buró Político y secretario de Organización enfatizó en que el PCC es fiel defensor del ideario martiano, de las ideas marxistas-leninistas, y su imbricación con el pensamiento de Fidel Castro, y mantiene su posición de vanguardia en la sociedad.

“Estamos convencidos de que solo el socialismo puede garantizar la soberanía y la independencia. En esa dirección trabajamos, en la recuperación de la economía, el fortalecimiento de la ideología, la preservación de la paz y la unidad nacional”, dijo.

Recalcó que la defensa del país es una tarea de primer orden y en el orden ideológico constituye una prioridad la educación, la historia, la cultura, la ciencia y la preparación política del pueblo frente a los intentos de colonización cultural, una forma de enfrentamiento directo al imperialismo yanqui.

En el ámbito económico, mantenemos el empeño de impulsar el desarrollo del país, aún en medio de las complejas circunstancias descritas, con un papel protagónico de la empresa estatal socialista, complementada con las nuevas formas de gestión económica para lograr mayores niveles de bienestar y felicidad para el pueblo, sin renunciar al ideal de alcanzar un socialismo próspero y sostenible.

Insistió en la unidad, principio, fortaleza y tarea permanente del Partido, pues sin ellas la Revolución Cubana no habría sobrevivido a todos estos años de duras agresiones.

El líder partidista agradeció la solidaridad hacia Cuba en la lucha contra el genocida bloqueo estadounidense que tanto daño hace, así como las muestras de apoyo y afectos demostrados durante los dolorosos acontecimientos que Cuba ha debido enfrentar este año, como el accidente en el hotel Saratoga, el incendio en la base de supertanqueros de Matanzas y el reciente paso del huracán Ian.

Afirmó que “el imperialismo le teme al ejemplo, aún mayor, de una Cuba sin bloqueo, y lo que ello significaría en favor del ideal socialista, razón por la que se empeña en reforzarlo por todas las vías posibles”.

Señaló que su podía resumirse en una palabra recurrente: unidad, y que para que esta fuese verdadera y sólida, resistente ante los intentos imperialistas de dividirnos, debemos consolidarla sobre la base del respeto a los marcos históricos y las particularidades de cada uno de nuestros países y procesos políticos.

Convocó a consolidar la unidad del movimiento comunista y obrero internacional, junto a los campesinos, estudiantes, mujeres, jóvenes, indígenas y afrodescendientes para luchar y construir un mundo mejor, que es posible y necesario, aún más cuando el imperialismo, en un revivir del macartismo, se lanza con saña contra todo lo que se defina como comunista.

“Bajo esa premisa, aspiramos a que este evento sea eficaz en sus debates y proyecciones, pero sobre todo que contribuya a las luchas de nuestros Partidos y pueblos”, concluyó.

Asisten al acto inaugural 142 delegados provenientes de 57 países, en representación de 73 partidos comunistas y obreros.