Todas las tierras a disposición de quienes la trabajan (+ FOTOS Y VIDEO)

El 3 de octubre se celebra en Cuba el Día del Trabajador Agropecuario, en conmemoración a la promulgación de la Segunda Ley de Reforma Agraria que nacionalizó la propiedad capitalista de las tierras, para ponerlas a disposición del pueblo. Con la primera ley de reforma agraria que había sido firmada el 17 de mayo de 1959 no se eliminó totalmente a un sector de la burguesía agraria criolla, que comenzó a conspirar para derrotar a la Revolución al constatar el carácter socialista del proceso iniciado en enero de ese mismo año. Aliada a los intereses de Estados Unidos, esa quintacolumna recibió un golpe mortal cuando se firmó la Segunda Ley de Reforma Agraria el 3 de octubre de 1961, la cual solo dejó un máximo de tierra de 66 hectáreas.

¿Por qué eran necesarias estas reformas en la tenencia y propiedad de la tierra en Cuba?

Antes de 1959, en Cuba coexistían dos realidades. Según estudios de la Agrupación Católica Universitaria (ACU), mientras que en La Habana se vivía una época de extraordinaria prosperidad, los trabajadores agrícolas  vivían en condiciones de estancamiento, miseria y desesperación.

El informe de la ACU publicado en 1956, puntualizaba que esa realidad comprendía 350 mil trabajadores agrícolas y más de dos millones de personas, que en el momento de la investigación representaban 34 por ciento de la población del país

De los más de 30 mil propietarios de tierras, el 1,5 (ya fueran cubanos o no cubanos, fundamentalmente compañías yanquis) poseían el 46% del área cultivable, en total (incluyendo a los anteriores) los latifundistas grandes y medianos constituían el 9,4 % y poseían el 73% del agro cubano.

El desempleo reportado en el país por las autoridades en los   meses de zafra azucarera era del 8.4 por ciento, cifra dos veces superior a la más alta de los 55 años de período revolucionario (1959-2014). Pero en el llamado “tiempo muerto” (las tres cuartas partes del año) aumentaba al 20-25 por ciento.

Ello significaba entre 400 mil y 450 mil personas, de las cuales unas 350 mil pertenecían a la gran masa de trabajadores agrícolas. En el campo, subrayaba la ACU, el 91 % de las viviendas carecía de electricidad y la cuarta parte, de servicio sanitario alguno.

El índice de desnutrición era de 91 por ciento en las áreas rurales, el 14 por ciento de los campesinos padecían o habían padecido de tuberculosis pulmonar, el 36 por ciento se hallaba parasitado.

Para los académicos, la primera ley de Reforma Agraria, al abrir el camino hacia transformaciones socioeconómicas más profundas, signó a la Revolución Cubana en su primera etapa (1959-1960) y le dio su carácter democrático-popular agrario y antiimperialista, al lesionar incluso intereses foráneos, sobre todo estadounidenses.

En la segunda Ley, promulgada en 1963, en medio de una agudización de la lucha de clases, que en el Escambray alcanzó altos niveles de violencia debido al terror implantado contra la población civil por las bandas contrarrevolucionarias que allí operaron, se rebajó el máximo a cinco caballerías.

De esta forma desaparecieron los residuos de la burguesía rural. Pero también se redujo el desempleo y mejoró ostensiblemente el nivel de vida del campesinado.

Cerca del 30% del área cultivable quedó en manos de los pequeños agricultores.

 

La obra de la Revolución se hizo sentir en el campo cubano. La electrificación llegó hasta los lugares más apartados. Se construyeron escuelas y postas médicas hasta en las montañas-

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El pueblo en defensa de sus legítimos intereses, derrotó aquella invasión imperialista en las arenas de Playa Girón, y en octubre de 1963 hizo efectiva una segunda Ley de Reforma Agraria que de manera más radical completó el proceso de nacionalización, que dio paso a las transformaciones que concretaron el predominio de la agricultura estatal en Cuba.

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