Desde la ventanilla del avión Mijaín López sostenía la bandera con la misma gallardía con que lo ha hecho en los últimos cuatro Juegos Olímpicos. Dentro de la aeronave, otros muchos atletas lo emulaban con enseñas nacionales más pequeñas. Todos regresan a la Patria luego de concluir una cita en la que pusieron a Cuba en el lugar 14 del medallero.
Muy cerca los esperaba el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para decirles de su boca lo que siente un pueblo que los siguió desde el primer día.
«Cada título de ustedes -les reafirmó- fue una demostración de coraje, valentía, compromiso y dignidad». Entonces habló de la hazaña de Mijaín López, de los títulos del boxeo, del sacrificio de Leuris, de Reineris, de Alba, de la grandeza de Idalys, la sorpresa del canotaje y las medallas del atletismo.
«Cada actuación fue un derroche de cubanía y cada título levantó el orgullo nacional, en un contexto complejo para Cuba en el que quieren alentar la destrucción de la revolución. Y en medio de todo eso ustedes han dado una respuesta digna».
El Presidente cubano les comentó cuánto significa esta actuación para un país bloqueado y asediado. «Muchos no entienden por qué ustedes además de a sus familiares y entrenadores le dedican el triunfo a la Revolución o a Fidel, y es porque ellos no comprenden nuestros valores y de qué están hechos ustedes».
A nombre de los atletas, Julio César la Cruz agradeció todo el apoyo recibido durante tantos días y reconoció el papel de los preparadores y el personal técnico en cada triunfo. Es el campeón que sabe cuánto esfuerzo de muchos significa una medalla.
