La pasión por la cerámica y la imagen de Martí

En Nazario Zalazar Martínez  el arte de moldear el barro camagüeyano se complementa con la visualización  multiplicada de la imagen de José Martí, desde pinturas en pequeño formato hasta la creatividad con recursos de la composición digital.

Muchas huellas ha dejado a su paso Nazario Salazar durante casi sesenta años de vida artística. Desde la escuela nocturna de arte, aledaña al museo provincial Ignacio Agramonte, mantiene su carácter conversador y afable que da gusto encontrar su rostro siempre sonriente, solícito,  en una exposición, evento cultural, o simplemente en una de las calles del laberíntico trazado de la ciudad de los tinajones.

Domina el barro – tesoro de la alfarería secular utilitaria y artística de la región– hasta convertir en singulares jarrones, lámparas y ánforas, calados con un estilo único.

Renovó, junto a otros artistas, en los años setenta del pasado siglo, la tradición ceramista local y es uno de principales  exponentes en veinticinco países y variados eventos.

En los últimos tiempos ha impresionado a lugareños y visitantes con un acentuado reflejo de la imagen de José Martí, el Apóstol de la independencia cubana, relacionada con la floresta y la fauna autóctona, bien en la defensa a ultranza del proyecto miniaturista “Colibrí”, como en la búsqueda creativa en otras manifestaciones visuales.

Durante más de diez años Nazario se ha consagrado a la experimentación artística en torno a la imagen del Héroe Nacional de Cuba, según destacó en una oportunidad la  periodista y ensayista Yanetsy León González, pues «… ha ocupado un importante lugar en su vida, desde que el padre le gestionó su primera biblioteca particular de treinta libros, entre los que estaba La Edad de Oro».

En una exposición retrospectiva, que se proyecta para el mes de diciembre del actual año, se verán piezas desde 1970 y hasta 2020

 

(Fotos Orlando Durán, Yanais Vega Bacallao /ACN y Lázaro Najarro)