Camagüey- En el marco de la Jornada Internacional por la Concienciación del Autismo, las calles camagüeyanas vibraron con una marea azul de esperanza y solidaridad. Cientos de personas, impulsadas por un mismo sentimiento, se unieron en una marcha llena de globos, canciones, bailes y, sobre todo, mucho amor.
El azul, color que simboliza el autismo, fue el protagonista indiscutible de la jornada resaltando en el paisaje urbano como una explosión de alegría y comprensión. El ritmo contagioso de la música y la energía de los participantes crearon una atmósfera festiva, demostrando que para entender el autismo no hacen falta palabras, sino empatía y aceptación.
El colorido espectáculo contó con la participación especial de diversos artistas y agrupaciones infantiles del territorio quienes lograron conectar con los niños siendo estos un símbolo de la importancia que tiene eliminar las barreras invisibles que en muchas ocasiones se cuelan entre los adoquines desgastados de la sociedad.
El trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. En un momento en que el principal reto del autismo es lograr la plena inclusión de las personas con esta condición, la marcha de Camagüey se erigió como un llamado a la acción y sobre todo a esa fuerza capaz de provocar miles de sonrisas: el amor.