En un mundo donde la comunicación es fundamental, la pérdida auditiva puede representar un desafío significativo para millones de personas. Sin embargo, los avances en la tecnología médica abrieron nuevas puertas a la esperanza y la inclusión.
Los implantes cocleares (IC), dispositivos electrónicos que estimulan directamente el nervio auditivo, transformaron la vida de muchas personas con esta discapacidad, permitiéndoles escuchar y participar plenamente en la sociedad. A lo largo de los años, esta tecnología evolucionó significativamente y su impacto fue notable en países como Cuba. A medida que la tecnología continúa en evolución, es crucial entender cómo estos dispositivos cambiaron el panorama de la audición y la comunicación.
Implante coclear, la lucha contra el silencio
Según la doctora Odalis Hernández Fernández, Especialista de Primer Grado en Otorrinolaringología y Audióloga. Master en Atención Integral al Niño en su artículo Una opción para el niño cubano con discapacidad auditiva, los implantes cocleares (IC) son prótesis auditivas consideradas como oídos biónicos, es decir, son dispositivos electrónicos de avanzada tecnología, capaces de sustituir el sistema de transducción de las células ciliadas no funcionales del oído interno, y convertir la energía mecánica sonora en señales eléctricas, que serán transmitidas al nervio auditivo en aquellos pacientes con sordera neurosensorial de causa coclear.
Esta forma de percibir el sonido permite a las personas con falta de escucha recibir y procesar también el lenguaje. Sin embargo, estos dispositivos no restablecen la audición normal, son herramientas que trasmiten al cerebro estás bandas sonoras.
La historia de los implantes cocleares se remonta a la década de 1950, cuando los primeros experimentos se realizaron con dispositivos que estimulaban eléctricamente el nervio auditivo. Los cirujanos André Djourno y Charles Eyriès, en París, comprobaron con efectividad que con la estimulación eléctrica de la cóclea, era posible que una persona con pérdida auditiva volviera a escuchar.
Todo esos años e investigaciones, todas esas ideas, pruebas y aciertos, permitieron que en 1978, Rod Saunders se convirtiera en la primera persona en recibir un implante coclear, recuperar la audición y entender el habla de las otras personas nuevamente.
A lo largo de los años, la tecnología avanzó considerablemente. En la década de 1980, tras varios años de investigación estos implantes evolucionaron con respecto a lo que habían desarrollado los cirujanos, se introdujeron los implantes cocleares multicanal, que permitieron una mejor percepción del sonido al estimular diferentes partes de la cóclea.
La lucha mundial contra la discapacidad auditiva
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 5% de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante y requiere rehabilitación (entre ellos 34 millones de niños). Se estima que para 2050 esa cifra podría superar los 700 millones (una de cada diez personas).
La pérdida de audición discapacitante se refiere a una pérdida superior a 35 decibelios (dB) en el oído que oye mejor. Casi el 80% de las personas con este problema viven en países de ingresos bajos y medianos. La prevalencia de la pérdida de audición aumenta con la edad: entre los mayores de 60 años, más del 25% padece una pérdida de audición discapacitante.
Los sonidos son transmitidos a través del aire. En un oído normal, las ondas de sonido hacen que el tímpano y luego los huesos del oído medio vibren. Esto envía una onda vibratoria al oído interno (cóclea). Estas ondas son convertidas luego en señales eléctricas, que se envían a lo largo del nervio auditivo hasta el cerebro.
A una persona sorda no le funciona el oído interno. El implante coclear intenta reemplazar el funcionamiento del oído interno, transformando el sonido en energía eléctrica. Esta energía se puede usar luego para estimular el nervio coclear (el nervio de la audición), enviando señales sonoras al cerebro.
Los estudios demuestran que quienes reciben un implante coclear experimentan mejoras significativas en el desarrollo del lenguaje y en las habilidades comunicativas. Existen varios tipos, cada uno diseñado para satisfacer diferentes necesidades auditivas:
- Implantes Cocleares Monocanales: Estos fueron los primeros en desarrollarse y son menos comunes hoy en día. Están diseñados para estimular una sola área de la cóclea.
- Implantes Cocleares Multicanal: Estos dispositivos son los más utilizados en la actualidad. Pueden estimular múltiples electrodos a lo largo de la cóclea, lo que permite una mejor percepción del sonido y una mayor claridad en la comunicación.
- Implantes Cocleares Híbridos: Combinan la estimulación eléctrica con la acústica, permitiendo que los usuarios con pérdida auditiva parcial aprovechen tanto la amplificación acústica como la estimulación eléctrica.
- Implantes Cocleares de Última Generación: Incorporan tecnología avanzada, como conectividad Bluetooth y aplicaciones móviles, que permiten a los usuarios personalizar su experiencia auditiva.
El implante coclear en Cuba
En Cuba, los implantes cocleares tuvieron un impacto significativo en la vida de muchas personas con discapacidad auditiva. Desde la introducción de esta tecnología en el país en la década de 1997, el gobierno cubano implementó programas de salud para la atención a estás personas que parecen de discapacidad auditiva.
Según Simeón Paz-Cordovez, doctor en el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, Servicio de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, explicó que en su artículo Implantes Cocleares, una prioridad para los niños que los primeros IC en Cuba se realizaron en el año 1997. Sin embargo, no fue hasta el año 2005 que se crea el Programa Cubano de Implantes Cocleares (PCIC) para niños sordos y sordociegos,
El PCIC dirigido en primer lugar a niños con discapacidad múltiple, priorizados los niños con sordoceguera, se inició el 7 de febrero del 2005, ampliándose el número de especialidades del grupo para lograr realizar un trabajo médico asistencial y de investigación más integral en beneficio de los niños.
El programa es de alcance nacional y totalmente gratuito. Cuenta con un enfoque multidisciplinario, interinstitucional e intersectorial; así como el Servicio Especializado de Implante Coclear y Cirugía Compleja de Oídos, radicado en el Hospital Pediátrico Borras-Marfán de La Habana, quien se articula con todas las provincias del país.
Hasta la fecha se realizó 528 implantes, de ellos 38 a niños con sordoceguera, pues es la única alternativa para lograr la comunicación.
Según la MS. Dra Patricia Alonso Galbán, especialista de Comunicación del Centro de Coordinación de Servicios Médicos Cubanos, S.A (CSMC), en su artículo Despertar a los sonidos de la vida: El programa cubano de implantes cocleares, expresó que este programa cuenta con gran prestigio internacional por la preparación de los especialistas, la disponibilidad de la tecnología más avanzada y el mantenimiento de la rehabilitación lo cuál abarca desde consultas iniciales hasta investigaciones audiológicas, evaluaciones de habilidades cognitivas y del lenguaje, terapia grupal y asesoramiento a la familia con momentos clave como consultas, evaluación inicial, tratamientos en entornos cómodos y rehabilitación lingüística, se aborda de manera completa la recuperación de la audición y el desarrollo del lenguaje en los pacientes.
Los trastornos auditivos constituyen un problema de salud muy frecuente en la población infantil. Las hipoacusias congénitas y/o las que ocurren en la etapa pre-verbal (antes de los 3 años), de no detectarse e intervenirse precozmente repercuten de forma muy negativa en el desarrollo cognitivo por lo que constituyen sin lugar a dudas un problema de salud. Según estimados en Cuba, alrededor de 70 a 80 niños anuales son candidatos a un dispositivo implantable de alta tecnología, para lograr la rehabilitación lingüística y la inclusión social.
Los implantes cocleares abrieron una nueva era en el tratamiento de los niños con hipoacusia neurosensorial, haciendo posible que un niño sordo profundo desarrolle una audición funcional que permite alcanzar niveles de desarrollo de lenguaje oral muy similares a los niños oyentes.
En Cuba, esta tecnología permite que muchas personas recuperen su capacidad auditiva y mejoren su calidad de vida. A medida que la tecnología continúa avanzando, es probable que el impacto de los implantes cocleares siga creciendo, brindando esperanza y oportunidades a quienes más lo necesitan.
Recibir un implante coclear permite no solo recuperar (o mejorar) la audición, sino también mejorar la calidad de vida, permitir la adquisición del lenguaje y el desarrollo de las destrezas lingüísticas de los niños con hipoacusia congénita.
El implante coclear transforma vidas al devolver el sentido de la audición. Este dispositivo innovador permite a personas con pérdida auditiva grave experimentar nuevamente sonidos, influenciando positivamente su comunicación y calidad de vida. Al conectarles con el mundo, proporcionan oportunidades que antes parecían inalcanzables, abriendo puertas hacia un futuro lleno de posibilidades.