El internacionalista Fidel

La solidaridad del Líder de la Revolución Cubana, en el pensamiento y la acción, fue una de los cualidades humanas destacadas  por diecisiete oradores provenientes de los cuatro puntos cardinales en la ceremonia de homenaje al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el eterno luchador por un mundo mejor.

Y es que su naturaleza humana se forjó, como dijo el presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, en la honda convicción martiana que le llevó a estar siempre, no del lado en que se vive mejor, sino del lado en que está el deber.

En las palabras de clausura, ante un mar de hombres y mujeres de todas las edades que desbordó la Plaza de la Revolución “José Martí, el Presidente cubano, Raúl Castro reafirmó las palabras de quienes le antecedieron en el podio, al significar: Fidel consagró toda su vida a la solidaridad y encabezó una Revolución socialista, de los humildes, por los humildes y para los humildes, que se convirtió en un símbolo de la lucha anticolonialista, antiapartheid y antimperialista, por la emancipación y la dignidad de los pueblos.

 La Revolución Cubana no sólo se consagró a su propia defensa

 Poco después de la derrota en Cuito Cuanavale, en el sur de Angola, los jefes del ejército sudafricano, cocinados en su caldo de supremacía africana, tenían los ojos vendados, los oídos tapados y la boca cerrada ante la imagen de la derrota  en marzo de 1988 por parte de las fuerzas aliadas angolanas y cubanas.

Al conocer esta afirmación, a través de mediadores del conflicto, Fidel expresó: bueno, si son tan poderosos… ¿cómo es que el ejército de la raza superior no ha podido tomar Cuito Cuanavale, defendida por negros y mestizos de Angola y el Caribe?

 Durante casi dieciséis años, el Líder de la Revolución Cubana estuvo presente alentadoramente, preocupado por cada detalle, por mínimo que fuera, junto a los combatientes cubanos en las trincheras, desde el mismo momento en que el presidente Agostinho Neto solicitó la ayuda para defender la soberanía del pueblo angolano.

La “Operación Carlota” fue la mayor participación militar solidaria en África, en la que llegaron a pasar 377 mil combatientes cubanos. La victoria en la guerra de Angola condujo a la liberación de Namibia y Sudáfrica.

El crisol del pensamiento internacionalisa de Fidel

En el año 1947, el joven Fidel cumplió 21 años de edad en Cayo Confites, al norte de la Isla de Cuba, mientras se preparaba para la expedición para luchar contra el ejército del dictador dominicano Trujillo. Fue ascendido a teniente y  a jefe de una compañía de batallón. Cuando se trasladaban en barco, fueron interceptados por una fragata de la marina cubana. El brioso combatiente saltó al agua, pues era una vergüenza ser arrestado sin luchar.

Apenas transcurrido un año, el entonces dirigente estudiantil realiza un recorrido por Venezuela, Panamá y Colombia. En este último país vive los momentos de gran importancia política por la sublevación popular a causa del asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán, conocida por el “Bogotazo”. Ocupa un fusil en una estación de policía y participa del espectáculo de una revolución totalmente espontanea.

Posteriormente, son los hechos históricos del asalto a la mayor fortaleza militar cubana, el Moncada, la prisión fecunda y el retorno a la lucha con la expedición del Granma.  Tras 25 meses de lucha en la Sierra Maestra y otros regiones de la Isla,  se alcanza el triunfo del movimiento revolucionario el primero de enero de 1959, y Fidel dedica todas las energías y pensamientos para consolidar una nación socialista en las propias narices del imperialismo yanqui, pero roba tiempo en su quehacer, más bien se multiplicaba, y en los primeros años extiende sus manos con ayuda a los guerrilleros del Frente Argelino de Liberación Nacional (FLN) en la lucha contra el coloniaje francés.

Al año siguiente de la tensión mundial ocasionada por la Crisis de Octubre o de los Misiles, como consecuencia de la amenaza de intervención de las fuerzas armadas de Estados Unidos, en 1963 un batallón cubano de tanques, piezas de artillería y cientos de combatientes ocuparon puestos en la defensa de la República de Argelia (Guerra de las Arenas) contra la agresión de Marruecos.

Fidel explicó a Ignacio Ramonet que desde temprana fecha, se prepararon cuadros y envió ayuda material a los insurgentes contra el colonialismo portugués –Guinea-Bissau, Cabo Verde, Sao Tomé y Mozambique-, operaciones que tuvieron un momento culminante con la presencia del Che Guevara en el antiguo Congo belga.

 Además de Angola, otra de las campañas de grandes magnitudes fue la Operación Baraguá, que así se llamó la misión cubana en Etiopía, en la cual participaron 16,000 internacionalistas cubanos.

 El compañero Fidel definió muy bien el carácter desinteresado de la intervención cubana en África, al afirmar que una vez cumplida las misiones de  las fuerzas internacionalistas sólo se trasladarían a Cuba los restos de las compañeras y compañeros caídos en misiones militares (2 085)  y en tareas civiles (204).

Los amigos más cercanos y también los más lejanos

 El ejemplo cubano en la construcción de una sociedad para el bien de todos, inspiró a la lucha desigual de muchos latinoamericanos contra las fuerzas poderosas de las dictaduras y gobiernos militares a que estaban sometidos.

A Cuba se le acusaba de exportar revoluciones, cuando en realidad los movimientos revolucionarios eran producto de condiciones objetivas. Según expresa Fidel a Ramonet, de lo que se trataba es de la modesta cooperación con los proyectos que se llevaban a cabo, entre otros lugares, en República Dominicana, las guerrillas de Venezuela, Argentina,  Colombia –existente desde 1948–, el frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional en el Salvador y en Nicaragua donde definitivamente se derrocó al dictador Somoza.

Por supuesto, uno de los planes más sensibles fue en Bolivia, donde pierde la vida Ernesto “Che” Guevara, en defensa de los explotados y oprimidos de América Latina.

.Los principios internacionalistas del pueblo cubano llegaron a puntos geográficos tan lejanos como Viet Nam. Si bien es cierto que no se expresó en contingentes militares, si se llevaron a cabo tareas decisivas como en el entrenamiento de técnicos y otros profesionales, además del aporte de buldóceres y otros equipos, para las obras de la secreta “Ruta Ho Chi”, en una escabrosa cordillera recorrida por miles de combatientes para llevar suministros a los guerrilleros del Sur. La singular vía a través de la jungla nunca pudo ser detectada por  los americanos.

La principal lección de la proeza en los conflictos africanos, a miles de kilómetros de la Isla, y en otras  tierras del mundo, es que nuestro pueblo demostró cuanto sacrifico y creatividad era capaz de hacer por el compromiso internacionalista y ¡que no haría destacó el Líder de la Revolución Cubana en la entrevista “Cien Horas con Fidel”– si llegara el momento de defender su propia tierra!

 

FUENTES CONSULTADAS

  • Revista Bohemia 10 junio 2016
  • Fidel Castro Ruz: Soldado Revolucionario

(3) Cien Horas con Fidel, conversaciones con Ignacio Ramonet

(4) Internacionalismo cubano en África: homenaje a Jorge Risquet Valdés