Contribuye Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Camagüey a incrementar rubros exportables

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Camagüey suma 31 años de creado con una importante contribución al empeño de Cuba de lograr la soberanía alimentaria y aportar a las exportaciones.

Desde el 25 de julio de 1989, fecha que marca en la historia la creación de la segunda institución de ese tipo fundada en la Mayor de las Antillas, comenzó a cristalizarse la concepción de Fidel Castro Ruz de impulsar el progreso nacional mediante la actividad científica.

Lejos de los centros del polo del oeste de La Habana, el CIGB agramontino se distingue por la búsqueda de soluciones para la salud animal y vegetal, a partir de la obtención de nuevos fármacos y el fomento de proyectos de investigación.

Con esa premisa, enarbolada desde la amplia perspectiva de Fidel, trabaja ese colectivo de científicos y técnicos, responsables de los tres productos que actualmente se elaboran allí (el inmunógeno GAVAC, la vacuna PORVAC y el bionematicida Hebernem).

Como parte del programa del control integrado de la garrapata del género Rhipicephalus (boophilus) microplus, GAVAC suma más de dos décadas de aplicación en la nación caribeña; sin embargo, su eficacia está probada, además, en países como Venezuela, Brasil, Colombia, Nicaragua y México.

Tras el reporte de una reducción del empleo de garrapaticidas, más dañino para los animales, con su uso se logra una disminución de la presencia de otros padecimientos propios del ganado vacuno y un incremento de los niveles productivos de la leche y la carne.

En aras de cumplir con las entregas del inmunógeno-concebido para enfrentar al más frecuente de los ectoparásitos existentes en los potreros cubanos-, se cuenta con todos los insumos y el principio activo ya fabricado, si bien hasta la fecha ha proporcionado un millón 100 mil dosis, de cerca de las tres mil 500 previstas a procesar en el año, refirió Nemecio González Fernández, director del CIGB en Camagüey.

Incorporada al cuadro básico de medicamentos veterinarios en 2017, la PORVAC contra la peste porcina clásica (PPC) implica a su vez un descenso de las pérdidas por sacrificios sanitarios y de la mortalidad en crías y precebas, inhibe la transmisión del virus de la madre al hijo y favorece a la alta inmunidad en el rebaño.

En alrededor de 10 millones de dosis se concibe la demanda nacional para contribuir a erradicar la enfermedad, a partir de una vacunación masiva de los animales, pero el Centro dispone hoy de una capacidad productiva limitada de aproximadamente un millón 500 mil unidades del preparado, único de su tipo en el mundo, precisó.

Aunque está en proyecto ampliar ese nivel de obtención de la PORVAC, por problemas de financiamiento para el equipamiento principal, la inversión no se ha concretado, pero ya se ejecuta la obra civil, apuntó.

El directivo comentó que igualmente el inmunógeno requiere de materias primas de importación para su fabricación y ha existido demora en la entrada de esos elementos, por lo cual se buscan alternativas.

Similar situación presenta el Hebernem, utilizado en las casas de cultivo protegido, a lo cual se suman las dificultades tecnológicas en la planta. No obstante, se pretende elaborarlo a una mayor escala en unidades de bioproductos del Grupo Azucarero Azcuba y del Ministerio de la Agricultura, de forma coordinada con esos organismos.

Con evaluación de desempeño también en árboles frutales y en otras especies, el bionematicida posee propiedades como biofertilizante y potencia la respuesta defensiva de las plantas ante determinadas condiciones adversas, entre otras aplicaciones.

A pesar de que el quehacer del agramontino CIGB se dirige a la rama agropecuaria, entre sus investigaciones se encuentra un preparado vacunal contra el cáncer de próstata avanzado, el cual ha culminado los ensayos clínicos fases I y II satisfactoriamente, además de proyectos como el relacionado con el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad hemorrágica del conejo.

Continuar brindando respuesta a las necesidades actuales de la agricultura y la ganadería cubanas deviene propósito fundamental de esta institución, tarea que se logra gracias a la unión entre los profesionales jóvenes y los de mayor experiencia que por más de tres década han dedicado todos sus conocimientos y sacrificios al avance científico de la nación.