La otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey, tiene en su historia más de una primicia.
Fue uno de los primeros lugares de Cuba en poseer manzanas enteras de casas con portales, específicamente en el barrio de la iglesia de La Caridad.
Sus tinajones y sus adoquines son testigos y huella fiel de la evolución criolla desde la época colonial hasta que se estableció la república.
La fiesta del San Juan, los artesanos, el puerto de la bahía de Nuevitas y los islotes Ballenatos, las muchas iglesias, los asentamientos haitianos y otras tipicidades del Camagüey legendario hacen de la provincia y en especial de su ciudad, una amalgama de delicias culturales que el visitante no podrá olvidar y llenan de orgullo a sus lugareños
A propósito de Camagüey y su historia, la Maqueta del Centro Histórico citadino, inauguró su último cuadrante, con el auspicio de la Oficina del Historiador de la Ciudad.
El Licenciado Carlos Recio Estévez, especialista principal de la Empresa de Proyectos de Camagüey EPIA ONCE, dijo que el proceso constructivo comenzó en el año dos mil dos.
Es un trabajo, agregó, que se hace mediante un equipo de expertos conformado por fotógrafos, arquitectos, maquetistas, carpinteros y un especialista en informática que trabaja para perfilar las fachadas.
En la ejecución de la Maqueta de la ciudad de Camagüey utilizaron cedro, madera preciosa inmune a los insectos y además, cartulina y papel impreso para las fachadas de las casas.
Los árboles son fragmentos pintados de colchones de esponja o de goma. Algo interesante es que los troncos se confeccionan a partir de tallos de rosa.
Los sectores color ladrillo en la maqueta pertenecen al Centro Histórico y sus casas presentan todos los elementos que poseen en tamaño real, incluso las plantas, puertas, ventanas y verjas.
Esa es la función de los fotógrafos: retratar los detalles. Las fachadas en blanco forman parte de la ciudad, pero no del segmento patrimonial.
Como límites de la maqueta los especialistas parten de que es el centro histórico más grande de Cuba, por el sur limita la iglesia de La Caridad; por el norte, la plaza Joaquín de Agüero, con el que finalizó el proyecto, el cuadrante QUINCE.
Camagüey sigue siendo hermoso para algunos, hasta mágico, es una tierra de ensueño, de mujeres hermosas y hombres amantes del ajiaco, del baile y del trabajo.
Resaltan en ella los inmensos portales y las altas columnas, sus calles estrechísimas y una arquitectura enrevesada. El forastero puede conocer ciudad con solo visitar su Maqueta. En ella se deleitará con los secretos que entraña y querrá volver, sin necesidad de beber agua de tinajón
