El 325 aniversario de Matanzas

La ciudad, que no siempre corrió la suerte merecida, muestra hoy una imagen distinta, alentadora; se ve más bonita y reanimada. En poco tiempo arreglaron lo que parecía irreparable y levantaron decenas y decenas de obras.

Quienes caminaron por sus calles en estos últimos días apreciaron el frenesí que se vive aquí para celebrar el cumpleaños de la urbe este 12 de octubre.

El historiador de la ciudad de Matanzas, Ercilio Vento Canosa, enredado naturalmente en los trajines organizativos de la conmemoración, disfruta como pocos de las buenas nuevas. Y la alegría no está fundada en su condición de cronista. Obedece, confiesa, a esa especie de conspiración para devolverle su esplendor a la llamada Atenas de Cuba.

–¿Algún otro cumpleaños se celebró con tal entusiasmo?

–Este 325 aniversario tiene una característica nunca repetida. Nunca hubo un número de actividades, restauraciones creativas, arreglos y devolución del prestigio de la urbe como se está haciendo ahora. Creo que estamos asistiendo a la refundación de la ciudad.

«Se palpa un gran entusiasmo, incentivado quizá por la participación del Gobierno y el Partido, con un chequeo sistemático como garantía de la calidad y la continuidad de las acciones constructivas. Pero el 325 no es más que el punto de partida, el pretexto para continuar haciendo, porque obviamente hay acciones en marcha que no podrán concluirse ahora y otras que deberán esperar para más adelante.

«Lo más importante es la convocatoria pública. En estos momentos se retoma la conciencia de pertenencia del ciudadano, y eso desde el punto de vista social, humano, político, es fantástico. Hay pasión en todo esto, hasta en los más inconformes».

–¿Considera que Matanzas ha sido una ciudad preterida?

–Absolutamente, y lo curioso es que eso devela una contradicción. Entre otras muchas razones, porque Matanzas está en la ruta entre la capital de la nación y el principal polo turístico. Además, con una espectacularidad geográfica. Cualquiera que llegue se lleva una visión grata de la bahía, de la ciudad. Lo ocurrido ahora la coloca en un plano superlativo; hay una actualidad evidente con un impacto político.

–Si es verdad que todo nombre se parece en algún modo a quien lo lleva, no debe complacernos mucho el de Matanzas.

–El nombre de Matanzas deriva del primer acto de rebeldía en la Isla, documentado en la Carta de Relación de Diego Velázquez a Carlos v, y el cual lamentablemente no ha tenido la repercusión en el ámbito nacional que hubiéramos deseado.

«No hablamos de una anécdota ni de una leyenda, fue un hecho ocurrido en septiembre de 1510, cuando un grupo de aborígenes defendió su territorio como el que protege a su Patria. Es un término que tal vez no merezcamos por su significado bélico, pero no se puede cambiar porque tiene una raíz histórica y marca el lugar, reconocido por los propios españoles, donde ocurrió la primera derrota documentada de sus tropas en el territorio nacional durante la conquista.

«Además, está en la base de la toponimia cubana, antillana y americana, y aparece en el mapa de 1526, donde apenas hay otros cinco nombres: Guane, Habana, Jagua, Puerto Príncipe y Santiago. Digamos que Matanzas es un nombre justamente puesto, pues hace justicia a un hecho histórico».

–¿Qué se sabe de lo sucedido aquel día de 1510?

–Los nativos capitaneados por el cacique Guayuca el (señor del cayo blanco, en lengua arahuaca) avistaron una carabela haciendo aguas en la desembocadura del río Yumurí, en la ribera norte de la bahía, con 30 españoles a bordo. La embarcación venía del golfo de Urabá, de la zona más austral del mar Caribe, en Colombia.

«Los indígenas ofrecen sus canoas para salvar la distancia sobre el mar y vuelcan las mismas. Algunos de los conquistadores mueren ahogados y quienes logran llegar a la costa son desarmados y ahorcados. Solo sobreviven cinco personas, incluidas dos mujeres y quien venía al frente del grupo, Gonzalo García Mejías.

«Desde luego, la lógica indica que estos aborígenes, que se acomodaban al concepto de taínos, personas pacíficas, agricultores y ceramistas, debieron tener algún contacto anterior con los colonizadores y conocían de sus desmanes.

«Las mujeres cuentan de lo sucedido a Pánfilo de Narváez y el hecho se registra como la bahía de la matanza, un nombre que sobrevive en el tiempo».

–De este hecho se habla muy poco, al parecer los historiadores no comparten esta dicha de los matanceros.

–Pienso que no lo hemos defendido suficientemente. Algunos lo califican de incidente y no de batalla. Debemos insistir en que se trata de un acto de rebeldía, de los primeros de que se tengan noticias en América. No debe subestimarse el hecho de que un indio desnudo, con una azagaya de madera y en defensa de su territorio, desarme a personas con coraza y espadas. Eso tiene mucho valor.

–Tenemos entendido que hay en marcha un proyecto de monumento para conmemorar ese acto de rebeldía aborigen...

–Es la consumación de muchos esfuerzos para dignificar la fecha, el suceso y a la propia Matanzas. Es una gran obra, de unos 40 metros de extensión y notable altura, diseñada para emplazarse en un punto del viaducto, no muy distante del escenario de los hechos, y con una luz que brillará de manera perpetua en su punto culminante.

«El diseño original es de la autoría del reconocido arquitecto matancero José Diwaldo García Sánchez, y su consumación será el recordatorio visual de la gallardía de aquellos guerreros originarios que defendieron, sin saberlo, un pedazo de la Patria por la que después tantos cubanos derramaron su sangre generosa».

Algunos datos relevantes de Matanzas

En la rada matancera tiene lugar la captura de la Flota de la Plata por el Almirante Pyet Heyn. El hecho constituye uno de los acontecimientos más relevantes de la historia de Holanda.

En las orillas del río Canímar se encuentra el sitio Canímar Abajo, el mayor cementerio aborigen a cielo abierto de Cuba y uno de los mayores de las Antillas, donde se encontraron evidencias de antropofagia, dato reportado por primera vez en el país.

Matanzas es la primera ciudad moderna de América, por los criterios utilizados en su fundación.

Sumados en todo su conjunto, la ciudad cuenta con 30 puentes, entre ellos el de Bacunayagua, el mayor de Cuba.

Es la cuna del baile nacional, el danzón.

Las Cuevas de Bellamar es el centro turístico en activo más antiguo de Cuba. Allí se encendió la luz eléctrica por primera vez en la ciudad, en agosto de 1864.

El mayor número de patriotas fusilados en el lapso entre las dos guerras de independencia de Cuba fue en Matanzas.

Aquí se celebró el primer juego de pelota de forma oficial y existe el más antiguo estadio en activo, el Palmar de Junco.

Sobre el río San Juan está emplazado el único puente giratorio de su tamaño construido en Cuba, ejemplo magnífico de la ingeniería de su tipo.

El Palacio de Junco es el primer museo creado por la Revolución.

José Jacinto Milanés, Gabriel de la Concepción Valdés y Francisco Manzano, forman una de las trilogías de poetas de los más importantes de Cuba en el siglo xix. Matanzas ha dado a Cuba dos poetas nacionales, Bonifacio Byrne y Agustín Acosta, además de tener a Carilda Oliver Labra, premio nacional de Literatura.

La primera experiencia del Poder Popular sucedió en Matanzas, en 1974.

Tuvo una de las mayores concentraciones de esclavos de toda Cuba y fue escenario de la Conspiración de la Escalera, proceso que implicó a más de 3 000 personas.

José Raúl Capablanca, titular mundial de ajedrez, cursó estudios de bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas.

El Museo Farmacéutico es único en su tipo en América.

En el diseño de la ciudad se tuvo en cuenta la trayectoria solar. En el centro histórico ninguna vivienda queda fuera de la iluminación del astro a alguna hora del día. En la mañana y en la tarde, según la estación, el sol ilumina a todo lo largo las tres calles fundacionales, en tal sentido actúa como un gigantesco reloj de sol.

Las casas-templo de las culturas africanas en el territorio poseen un alto grado de originalidad y autoctonía.

En ningún otro sitio se agrupan en un mismo espacio urbano tal cantidad de manifestaciones culturales de ese tipo.

Matanzas fue escenario de la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América Latina, en abril de 1961.

 

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