Tributo al imprescindible

Una fina llovizna retrasó los acordes iniciales de la velada cultural. Las nubes se despejaron hasta un cielo estrellado mientras en el amplio escenario frente al monumento del Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz, alternaban agrupaciones musicales, solistas, narradores y el arte escénico. Por más de dos horas se extendió la actuación de cuatrocientos artistas en la primera parte del homenaje de los camagüeyanos al Comandante Invencible, uno de los imprescindibles que menciona el dramaturgo  alemán Bertolt Brecht, porque luchó todos los días.

Otra vez, en la Plaza de los grandes acontecimientos, tras entonar el himno de la Patria y escuchar la canción “El Mayor”, trascendió el singular tributo al eterno héroe. La música  y la actuación representaron pasajes históricos, desde las heroicas mambisadas, la formación de la nacionalidad cubana, hasta las batallas por la definitiva soberanía y la carga  en las épicas contiendas por desarrollo económico y social.Desde la media noche hasta el amanecer  se extendió, posteriormente, la vigilia del pueblo agradecido, como aquel dos de diciembre del 2016, mientras en el Salón Jimaguayú reposaron las cenizas de Fidel, hasta el reinicio del cortejo fúnebre con destino a Santiago de Cuba.

Como muchos, se piensa que el año pasó volando. Ciertamente tuvo 365 días, aunque cada jornada  se vivió de manera muy intensa. Cada tarea tenía el matiz de cumplir el ideario legado de Fidel, quien como una brújula  guiaba el perfeccionamiento de la sociedad, el proceder frente a los desafíos del bloqueo yanqui que daba otras vueltas a la tuerca y a la mala jugada de la naturaleza con el poderoso huracán “Irma”.

Así en la primera noche y madrugada de diciembre  los agradecidos recordaron Fidel.