Una crónica para Santa Cruz del Sur

Sin anhelar decirlo todo ni regalarle la mejor de las crónicas, esperando sólo decir lo justo, lo sincero, lo real, escribo estas letras al territorio que me abrió las puertas y a  la gente noble que me ayudó.
Porque estaba iniciando las filmaciones de un documental llegué a Santa Cruz del Sur y no puedo menos que decir que me sentí en  familia desde entonces.
La capacidad de sus pobladores para el optimismo me impresionó, sobre todo porque quienes conocemos el impacto que allí han tenido huracanes desde inicios del siglo XX hasta la actualidad, no podemos desconocer que es increíble caminar por estas calles y ver tanta recuperación.
Así descubrí también que su mar no es como cualquier otro y que su sol al amanecer deslumbra desde un pequeño barco de pescadores.
Para quien recorre a diario Santa Cruz del Sur,  pueden ser habituales sus pequeñas cosas, por eso la óptica del visitante a veces enriquece.
Es este un pueblo de gente fuerte emocionalmente. Hablo con sus pobladores y tras,- los recuerdos tristes de quienes perdieron familiares con el trágico ciclón de 1932 o bienes materiales en 2008 con Ike o Paloma-; siempre hay palabras de optimismo, siempre hay un mañana positivo en sus dichos.
Nadie obvia tampoco el apoyo de la Defensa Civil en situaciones límites y la ayuda gubernamental que les ha regalado a muchos viviendas sólidas distantes del mar previendo futuros desastres ante las realidades del cambio climático.  Y es que no decirlo sería una omisión imperdonable que dejaría en el anonimato a los que apoyan en cada proceso de evacuación, a buenos vecinos y a los amigos oportunos.
También su gente habla de preocupaciones cotidianas en torno a productividad y proyectos sociales. No veo a nadie abatido o detenido en el tiempo. Observo un pueblo que se desarrolla y a la par crece su infraestructura social  y económica.
Allí justo donde  el mar es diferente porque tiene siempre un aire de nostalgia y de misterio, hay una identidad arraigada de pescadores, de gentes afables y sencillas, que siempre tienen el ánimo de reconstruir y avanzar.