¿Qué es eficiencia?

Es cierto que el bloqueo nos ha sumido durante más de medio siglo en carencias y dificultades de tipo material, que lastran la ejecución de importantes planes de desarrollo; pero cada cubano debe llamarse a la reflexión y hacer lo que le toca para concluir de manera definitiva con la aparentemente inacabable búsqueda de la eficiencia.

¿Y qué es eficiencia? Se pregunta un obrero, un trabajador agropecuario, un maestro, un campesino o un dirigente, preocupados todos por esa lucha diaria en pos de lo que parece una meta inalcanzable para algunos; para otros, el cuento de nunca acabar, y para los partidarios del embullo pasajero e inconsistente, solo una consigna.

La respuesta a la interrogante se concreta en hacer lo que es preciso en cada momento, y hacerlo bien; dicho en otras palabras, cumplir nuestro contenido de trabajo, ese por el que nos pagan un salario completo, sin faltar un centavo.

Así de sencillo, puesto que en ninguna plantilla (por inflada que sea) se consigna que usted ocupa una plaza por realizar el 75, el 50 y aún el 25 por ciento de la tarea, o por concluirla con una calidad inferior a la normada.

Si se trata de la agricultura, se establece la profundidad a la que debe plantarse la semilla, cómo hacerlo, y cuándo aplicarle las diferentes atenciones que demanda la futura plantación.

Y así en todo tipo de trabajo. Sobre esa base se realizan cálculos de producción y productividad, que de no cumplirse, traen la consabida historia de caballerías sembradas pero con rendimientos deplorables, o tuercas cuadradas o tornillos sin rosca, jabones sin olor, guaguas que no paran, males que tan a menudo sufrimos.

Como consecuencia, el disgusto, el malestar de una buena parte de la sociedad, o lo que es igual, nosotros mismos, usted y yo.

Haga lo que debe, sin justificaciones válidas o no, cumpla a conciencia con su jornada, gánese ese salario que, más alto o más bajo, recibe a fin de mes como compensación a una labor que se supone completa y de calidad.

Solo así estaremos en presencia no de una consigna, o una historia inacabada e inacabable; tendremos más bienes, pero sobre todo, sentiremos sobre nuestra moral de trabajadores, el peso confortable y materializado de la palabra eficiencia.