Obama en Cuba

Las tres palabras que dan título al presente trabajo, despiertan el interés de una gran parte de la humanidad y colman los cintillos de los periódicos y los espacios televisivos de todos los continentes; pero también la frase estremece a algunos en los Estados Unidos, sobre todo a aquellos que, anclados en los años 50 del pasado siglo, suspiran por la dictadura batistiana y se niegan a pensar como demandan estos tiempos; claro, entretanto, bailan al compás del todo poderoso dinero.

La pregunta de qué verá el presidente estadounidense en Cuba, tiene una respuesta bien simple: una sociedad en la que existen iguales posibilidades para todos, en la cual las mujeres representan una parte mayoritaria en numerosas esferas, como la investigación científica, y en la que se ofrecen a jóvenes y niños garantías absolutas para conquistar sus sueños, mientras se cuida con cariño a los ancianos.

Y no se indaga la procedencia de tal o cual aspirante a una plaza, ni su filiación política o religiosa, o su color de piel; incluso los cubanos que permanecen, por situaciones específicas, en centros penitenciarios, tienen la posibilidad de trabajar y cursar estudios según sus preferencias.

Podrá Obama conocer de primera mano, y por voz de los propios habitantes de la isla, que, como dijera el reverendo Joel Ortega, presidente del Consejo de Iglesias de Cuba, ¨no somos un pueblo perfecto, ninguno lo es, tenemos manchas, como dice  José Martí del sol, pero mucha luz en hombres y mujeres que no buscan un lugar cimero en la historia sino que simplemente han buscado vivir en paz… esta es una sociedad donde hay espacio para el niño, para el joven, para el anciano y para la familia¨

¨El cubano es generoso, y se entrega…¨continuaba el destacado líder religioso en una entrevista publicada el pasado domingo por Juventud Rebelde.

Y de manera indiscutible, el intercambio de Obama con las autoridades de la mayor de las Antillas y con sus pobladores, traerá beneficios en el desarrollo de esas nuevas relaciones que se iniciaron el 17 de diciembre de 2014, y cuyos incipientes pasos se han materializado en diferentes esferas.

Hospitalidad nos sobra, humildad y afecto también, pero no deben lanzarse al aire los sombreros ni doblar las campanas; las bases para el pleno acuerdo estarán dadas por el respeto pleno de nuestros principios y nuestra soberanía, y deben cesar el bloqueo y la permanencia en la base ilegalmente ocupada en Guantánamo.

No olvidemos que a pesar de los buenos augurios y de las intenciones del presidente Obama y de algunos sectores de su  Gobierno y del empresariado, la confrontación existe, es innegable aunque  no con cañones ni con bayonetas, como aquellas que arrebataron el triunfo a los mambises.

Hoy algunos  súper medios y su carga de mentiras o verdades tergiversadas son las armas que se oponen a algo tan natural, sencillo y lógico como la convivencia pacífica y armónica entre dos naciones vecinas, aunque de concepciones ideológicas y políticas diferentes.

Por eso, la tremenda importancia de no olvidar en ningún momento quienes somos, cuáles son nuestros principios y hacia donde decidimos hace más de medio siglo , encaminar el rumbo de nuestra sociedad, libre, digna y soberana.

Como nos enseñara Martí en sus inolvidables versos, ofrecemos nuestra mano abierta y franca, para que la estrechen como amigos todos los hombres y mujeres de buena voluntad… ellos y solo ellos.