La tierra: su mayor riqueza

Tienen los campesinos de la provincia de Camagüey, como mayor riqueza, la tierra que trabajan, y de la que salen constantemente cultivos y producciones, destinadas a la alimentación del pueblo, hospitales, círculos infantiles,  casas de abuelos y escuelas.

Esa tierra conferida por  la Revolución,  una fecunda práctica gestada desde los días de la guerrilla en la Sierra Maestra y luego del triunfo rebelde confirmada en leyes de Reforma Agraria.

Aunque la mayor parte de los cubanos residen en zonas urbanas, los hombres y mujeres del campo impulsan programas productivos en la ganadería, los cultivos varios, hortalizas, granos, cítricos y flores, lo que les propicia un sustento decoroso por sus cosechas, las que a precios notables les compra el estado.

Particularmente,  en la provincia centroriental de Camagüey suman más de 28 MIL  campesinos, organizados en unas 250 cooperativas de Producción Agropecuaria, a partir de la unión de tierras de propietarios, y las de Créditos y Servicios, creadas mediante la entrega en usufructo de las áreas, en ambos casos son reconocidos como productores e integrantes de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, ANAP.

Hoy día, el campesinado camagüeyano, al igual que en el resto del país, se benefician con un grupo de facilidades para su desempeño como son los créditos  bancarios para diferentes labores, los paquetes tecnológicos para mejores cosechas y rendimientos en sus plantíos y el derecho a la jubilación en sus cooperativas.

A estas contribuciones del Estado socialista,  responden nuestros campesinos con más del 70 por cientos de los aportes agropecuarios en el territorio, como leche, viandas, granos, carne vacuna, ovina y porcina y en el arroz, con  las cooperativas de más altas entregas en el país — sobre los 200 Mil quintales– como la Manuel Ascunce, en el suereño municipio de Vertientes y la Ernesto Che Guevara, zona de Florida, al centro de la provincia.

Los campos camagüeyanos reverdecen constantemente por el laboreo efectivo de sus campesinos, quienes se sienten representados en nuestra sociedad como delegados de circunscripciones, de las asambleas municipales y  provincial del Poder Popular,  y diputados al Parlamento cubano, donde su voz se escucha y se atiende porque lleva implícito ese compromiso que tienen con la Revolución de producir con eficiencia para el pueblo trabajador.