El sentimiento fidelista en los colegas de la prensa

Entre los trabajadores de la prensa en Cuba está muy arraigado el sentimiento fidelista, que según definió en una oportunidad Giraldo Mazola Collazo (1) es ser marxista, martiano y tener una confianza infinita en la genialidad del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Las ensoñaciones de ese periodista y diplomático, quien se desempeñó en tareas partidistas en la provincia de Camagüey en la década de los setenta, son referenciales en el propósito de resaltar algunas experiencias  de colegas  que reportaron las visitas y actos públicos presididos por el máximo líder de la Revolución en esta extensa llanura centro oriental de la Isla.

¿Para dónde vuelan los flamencos? https://www.youtube.com/watch?v=CDm1LYlMRj0&list=PL9ZaYI-AX8ketdILwZ65w9nOAio8aBHdV&index=1

Las huellas de Fidel en estas tierras se registran desde el año 1947, al final de su estancia en Cayo Confites tras la frustrada expedición contra dictadura de Trujillo, en Santo Domingo, hasta el 26 de julio de 1989, en que pronuncia el trascendental discurso en la plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte, según una recopilación de los historiadores Rolando García Parés (1938) y Cándida Pedrosa Marichal (1945).

El cuatro de enero de 1959, el arribo de la Caravana de la Libertad a Camagüey marcó un punto de partida en las coberturas de los medios de prensa local y nacional en torno a Fidel, un hombre renuente al culto a la personalidad pero al paso de los años se convirtió en historia y leyenda mundial. Corresponde a cada uno de nosotros reflexionar en mente y corazón sobre las buenas prácticas revolucionarias que nos enseñó.

Cincuenta huellas de Fidel en Camagüey https://www.youtube.com/watch?v=CDm1LYlMRj0&list=PL9ZaYI-AX8ketdILwZ65w9nOAio8aBHdV&index=1

En torno a las coberturas informativas asumidas por colegas fidelistas, en ocasión del aniversario 93 del nacimiento del Comandante en Jefe pretendo destacar las vivencias entre bastidores acerca de los valores humanos del líder entre  las numerosas anécdotas de trabajo, hasta la última visita el primero de abril de 1996, oportunidad en la que recorrió el central Brasil, en el municipio de Esmeralda.

Al periodista de “Adelante” Enrique Atiénzar Rivero le es difícil definir cuáles de la coberturas con Fidel más le impactaron. No fueron pocas y cada una de ellas tenía su peculiaridad, pero con un común denominador: el calor humano que entregaba en su contacto con el pueblo.

«Nunca lo vi molesto, salvo la tarde en que llegó al Instituto Superior de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay (hoy universidad médica) y esperaba conversar con las muchachas  y muchachos. No se hallaban. Estaban para un chequeo de emulación en la antigua Sepmi, hoy centro recreativo cultural «Casino»»

¿Cuándo puedo reunirme con ellos?, indagó Fidel. La respuesta fue rápida: mañana. Antes de las doce del día de la jornada siguiente, en su rostro delataba la alegría de ser el hombre más feliz del mundo, rodeado de esos jóvenes en quienes siempre confió.

En una entrevista televisiva –realizada por Moraima Borges– el reportero Pedro Paneque Ruiz, de Radio Cadena Agramonte, y  Ernesto Pantaleón, de Televisión Camagüey, apuntaron que los que más les impresionó fue la cultura del detalle del líder de la Revolución, la capacidad de pensar en lo que nadie iba a preguntar, y que los periodistas que les acompañaban  conocieran los puntos de vista en los aspectos que podían fortalecer a la provincia como un modelo en la construcción del socialismo.

Participante en ese intercambio entre quienes habían reportado visitas de Fidel, el autor de estas líneas destacó el apoyo moral con su presencia física y la preocupación por los cubanos y cubanas involucrados en contingencias de riesgo, bien en conflictos armados desde la Sierra Maestra hasta las misiones en África, o en acontecimientos adversos de la naturaleza como huracanes que pasaron por la Isla y los terremotos allende a los mares.

Tengo en ese sentido el recuerdo familiar de la ocasión en que mi hijo Gilberto, enfermero intensivista, durante su primera misión en Venezuela junto a otros compañeros acudieron a una comunidad aislada por las inundaciones de ríos. Pasaron varios días hasta que establecieron comunicación y fueron rescatados por un helicóptero y  un alto funcionario designados a su búsqueda. Para sorpresa de ellos, en un aeropuerto en Caracas les esperaba Hugo Chávez, personalmente, quien conversó con cada uno pues «como ustedes deben saber –dijo–en minutos tengo que hablar con quien ustedes saben para decirle que ya los tengo a mi lado sanos y salvos»

Estos son  los valores humanos  que respaldan la confianza infinita en el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y la sensación de un pueblo leal, revolucionario, que trascienden  este trece de agosto cuando celebramos los 93 años del líder optimista en batallas de fuego y de ideas contra las desigualdades en la humanidad, el riguroso opositor a los errores y las cosas que están mal hechas.

 

 REFERENCIA

(1) Giraldo Mazola Collazo, primer presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), dirigente político del Partido en Camagüey y embajador en varios países latinoamericanos y africanos, AUTOR DEL ARTÍCULO