Decisiones del Generalísimo

Desde su incorporación a inicios de la Guerra de los Diez Años (1868 -1878), Máximo Gómez Báez defendió la idea de una de la invasión hacia occidente para extender la contienda a toda Cuba, como estrategia indispensable del Ejercito Libertador.

 Después de consolidar las acciones en Guantánamo, la región oriental de la Isla, propone al Gobierno de la República en Armas su primer plan de invasión  que no se llega a realizar por la insuficiencia de recursos.

 En octubre, primer mes de la contienda contra el dominio español, el presidente Carlos Manuel de Céspedes designa Gómez, –un dominicano con basta preparación militar– como Jefe del Departamento Provisional del Cauto.

 

A él se debe una de las principales acciones de los “mambises” cuando adiestró y encabezó a los cubanos el 4 de noviembre en la primera carga al machete, en Pino de Baire.

 

 Tras la caída en combate del mayor general Ignacio Agramonte, el 11 de mayo de 1873, el presidente de la República en  Armas le ordena hacerse cargo de la jefatura del Tercer Cuerpo de Ejército y del Departamento del Camagüey y Las Villas.

 

No pudieron  ser más infelices las circunstancias en las que asumió la jefatura de las fuerzas  en Camagüey e impresionado por la disciplina, organización y el espíritu de combate de los camagüeyanos, Máximo Gómez dijo  que Agramonte estaba llamado a ser el futuro Sucre cubano.

 

Reorganizó las fuerzas del Camagüey y Las Villas e inició una victoriosa campaña en la que atacó el puerto de Nuevitas, Santa Cruz del Sur  y ocupó un gran botín de guerra. 

 

Gómez inició una ininterrumpida ofensiva con decenas de combates victoriosos en los llanos camagüeyanos. Desde allí, vuelve a proponer y preparar su tercer plan de invasión, para lo cual concibe  dos columnas con tropas de Oriente, Camagüey y Las Villas, mandadas por él y el mayor general Calixto García Iñiguez.

 

Desde el Camagüey, las fuerzas mambisas dirigidas por Gómez cruzaron la Trocha de Júcaro a Morón e intensificaron la guerra en toda esa región.

 

 

Sin embargo, los planes del Generalísimo tendrían en las contradicciones internas de las filas revolucionarias sus mayores inconvenientes y rechazó enérgicamente las propuestas del general Vicente García de asociarse a sus acciones para deponer al presidente Céspedes. La Revolución estaba herida de muerte.

 

En medio de esa difícil situación, reverdecen las glorias de la caballería camagüeyana y en La Sacra de Najasa, consiguió Gómez emboscar y separar una columna de las tres armas, a la cual le hace más de cien bajas y ocupa gran cantidad de fusiles.

 

Remata su campaña en Camagüey, con una de las más importantes victorias del Ejército Libertador, la Batalla de Palo Seco, en territorio camagüeyano; Máximo Gómez obtiene otra victoria  en la Batalla de las Guásimas, considerada una de las mayores derrotas de las fuerzas colonialistas.

 

 Mientras las victorias de los cubanos robustecían los planes de Gómez de llevar la guerra al occidente, la traición y el desaliento avanzaban  en el campo insurrecto y conllevó a la crisis, y el proceso que concluyó con el Pacto del Zanjón.

 

Durante la Guerra de Independencia de 1895 a 1898 que había organizado José Martí, el  General en Jefe del Ejército Libertador junto a otro gran estratega insurrecto llevan a cabo la invasión hasta el territorio más occidental de la Isla, Pinar del Río.

 

Muchas fueron las batallas libradas en el avance a occidente y muchas también, las victorias. La estrategia militar de Máximo Gómez, junto al férreo brazo de Maceo, llevaron adelante la contienda que demostró al ejército español, la decisión de los cubanos de alcanzar su independencia.

 

Máximo Gómez nació en Baní, pequeño pueblo de República Dominicana, el 18 de noviembre de 1836.  Falleció el 17 de junio de 1905, en su domicilio en La Habana, con 69 años.

 

FUENTES CONSULTADAS

General Máximo Gómez Báez http://www.cubadefensa.cu/?q=maximo-gomez