DE ESCLAVOS A HERMANOS EN LA LUCHA ARMADA

El dato es concluyente: El Ejército Libertador era una fuerza combativa multirracial en la que negros y blancos ocuparon posiciones en todos los niveles jerárquicos. Los historiadores estiman que al menos el 60 % del ejército estaba compuesto por hombres de color. Conquistaron grados de capitanes, coroneles y generales, y ejercieron el mando sobre hombres considerados blancos.

Varias referencias de estudiosos de la historia sobre la Guerra de los Diez Años permiten conjeturas de lo ocurrido aquel sábado 10 de octubre de 1868, en el ingenio La Demajagua, una propiedad agrícola que por entonces vivía años de prosperidad en los campos cañeros y  la producción azucarera.

La hacienda estaba enclavada en la jurisdicción de Manzanillo, en la región oriental de la Isla de Cuba, y pertenecía a la familia del abogado Carlos Manuel de Céspedes.

A media mañana, la campana repicó para un llamado distinto. Una veintena de hombres y mujeres negros salían del barracón. Con su pausado andar  se dirigen al centro del batey. Puede ser que sus rostros mostraran expresiones de  asombro, sobre todo cuando se unen a centenares de hacendados, campesinos asalariados  y ex -esclavos que días antes, a caballo y a pie, habían acudido al lugar.

En modo alguno, se imaginaban que también serían protagonistas junto a esas personas de piel blanca de un giro en la historia de la nación cubana.

Céspedes borró el fantasma de la esclavitud del escenario cubano al saludar a sus esclavos que quedaron libres en ese momento e invitar a otros dueños presentes que igual lo hicieran. En el momento del estallido revolucionario la población esclava ascendía a más de 300 mil hombres y mujeres, más del 70 por ciento en la región occidental. Había también alrededor de 200 000 mulatos y negros libres (41,3% en occidente, 20, 5% en el centro y 38,2% en oriente).

Desde hacía años, esos hombres y mujeres habían forjado sus voluntades en el pensamiento del criollo, hijo de la tierra y organizaban una conspiración para la independencia de la isla antillana del férreo yugo español.

 Descubierto el movimiento revolucionario y,  tras conocer la orden de arresto de los implicados, se había adelantado la fecha del alzamiento en armas.

En las primeras palabras a los congregados, bajo un sol brillante que alumbró el primer día de independencia, el líder Céspedes se dirigió primero hacia la gente de color oscuro:

Ese día, Manuel Céspedes se sublevó contra la dominación española al frente de 140 hombres más armados y 200 de sus esclavos y atacó la población de Yara, dando origen a lo que se ha dado en llamar el Grito de Yara.

    «Ciudadanos, hasta este momento habéis sido esclavos míos. Desde ahora, sois tan libres como yo. Cuba necesita de todos sus hijos para conquistar la independencia!»(…)»Los que me quieran seguir que me sigan; los que se quieran quedar que se queden, todos seguirán tan libres como los demás».

La abolición de la esclavitud fue consignada meses después, el 10 de abril de 1869, en el artículo 24 de la Constitución de Guáimaro cuando se destacó el principio «Todos los habitantes de la República son enteramente libres».

En la epopeya independentista iniciada hace 150 años, miles de negros esclavos  o libres y representantes de otras naciones formaron parte de las tropas mambisas (insurrectos cubanos). También los hombres y mujeres de color oscuro lo hicieron en la gesta emprendida en 1895 y, más adelante en la historia patria, formaron parte de las fuerzas rebeldes que triunfaron en enero de 1959, desde entonces si fuimos una ¡Cuba libre!.

 FUENTES

http://www.granma.cubaweb.cu/2013/10/10/nacional/artic10.html

http://www.radiohc.cu/especiales/exclusivas/1514-10-de-octubre-de-1868-primer-grito-independentista-cubano

http://www.radiohc.cu/especiales/exclusivas/1539-por-los-siglos-de-los-siglos-%C2%A1viva-cuba-libre!