Si por la dignidad

Las primeras luces en un cielo despejado, temperatura agradable, acompañaron esta mañana de domingo a miles de camagüeyanos; unos en representación de todas las generaciones, incluidos pioneros de completo uniforme de primaria y secundaria, acudían a ocupar sus puestos como autoridades electorales en los colegios  en un momento trascendental para la historia de la Revolución Cubana.

Otros con el entusiasmo y respaldo mayoritario que siempre han tenido los procesos electorales, en esta ocasión querían bien temprano para expresar en las urnas, de manera democrática y diáfana, el respaldo a la nueva Constitución de la República, adecuada a las trasformaciones socioeconómicas en el país y el aseguramiento del futuro de una sociedad socialista, con todos y para el bien de todos.

Todos llevan en el corazón la doctrina  de nuestro Héroe Nacional José Martí, inspirador de la tradición revolucionaria de los cubanos, refirmado los valores éticos, principios morales y el culo a la dignidad plena del hombre.

Al alcance de más de 594 mil electores se han organizados mil 730 colegios electorales en la provincia de Camagüey, región centroriental que como afirma un colega es la cuna del constitucionalismo cubano en los treinta años de lucha por la independencia del yugo explotador de España.

Muchos lugares cambiaron sus funciones este 24 de febrero, fecha puntual en nuestra historia, como los consultorios del médico de la familia, las escuelas de la enseñanza primaria y secundaria, locales de comercio, bodegas, y hasta los espacios comunes a la entrada de los edificios altos y en las terminales de transporte de personas…

A las siete de la mañana, los presentes entonaron el Himno nacional como el primer respaldo a la decisión de votar Si por Cuba y la Revolución, luego las autoridades electorales mostraron las urnas vacías, las sellaron y pusieron bajo la custodia de pareja de niños y adolescentes. Un vital contraste de la transparencia de los procesos de este tipo con los procedimientos en otras partes del mundo.

Esta es la Constitución martiana y fidelista de los cubanos que queremos permanecer unidos en el bando de los que aman y fundan, la que pensamos en una amplia consulta popular para que estuviera acorde a nuestra época y el futuro independiente y soberano.

Seguimos siendo la piedra en la bota de los hombres del bando de los que odian y deshacen.