«Somos más, hagamos más»

Así lo aseguró el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez al hablar  en nombre de la Isla en la reunión del Movimiento que agrupa a más de dos tercios de las Naciones Unidas y alrededor del 55 % de toda la población mundial. En el Centro de Congresos de la capital azerí y junto a líderes de 120 naciones, destacó la necesidad de trabajar unidos, apegados a los principios fundacionales de Bandung. «Es nuestra responsabilidad como políticos y nadie lo hará por nosotros».

En la cita donde Venezuela traspasó la Presidencia del MNOAL a Azerbaiyán hasta el año 2021, el mandatario cubano consideró que las naciones que con su sangre, sudor y sufrimiento han pagado el mayor precio del progreso tienen todo el derecho a preguntar por qué se incrementan los gastos militares, por qué se subestima la gravedad del Cambio Climático y por qué no se silencian las armas.

El mandatario reiteró aquí la solidaridad de Cuba con todos los pueblos que luchan porque se reconozca su libre derecho a la autodeterminación; el rechazo a las decisiones unilaterales de Estados Unidos en apoyo a Israel y contra Irán; y el llamado a poner fin a la guerra contra el pueblo sirio y encontrar una solución amplia, justa y duradera al conflicto israelo-palestino.

Asimismo, rechazó las campañas de Estados Unidos contra fuerzas políticas, líderes de izquierda y gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe; y reafirmó la solidaridad con el Presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, y la Revolución Bolivariana, además del apoyo al gobierno de Nicaragua ante los intentos estadounidenses de desestabilizar esa nación.

Díaz-Canel – que fue el quinto orador de esta primera jornada de la Cumbre – felicitó al pueblo de Bolivia y al Presidente Evo Morales Ayma por su reelección. Al propio tiempo, denunció el intento de golpe de estado que allí se promueve y la campaña de tergiversaciones, desestabilización y violencia desatada por sectores de la oposición e instigada por Estados Unidos.

«La Tercera Guerra Mundial no es la próxima Guerra. Es la guerra sin fecha de comienzo ni cálculo de fin, que hace años desangra a naciones nobles y pacíficas, con armas de los ejércitos imperiales, soldados mercenarios y terroristas disfrazados de libertadores, en nombre del combate al terrorismo, la defensa de la democracia, la libertad o los derechos humanos. ¡Mentira!»

En pleno siglo XXI llueven amenazas y agresiones de diverso grado sobre todos los gobiernos soberanos que se niegan a servir a la potencia hegemónica para instalar bases militares, entregar sus recursos o ceder a su mandato, recalcó.

 Ahí está la heroica Venezuela, reafirmó Díaz-Canel, a la que durante décadas saquearon sus casi infinitas reservas energéticas, hasta que la Revolución Bolivariana las rescató para ponerlas al servicio de su pueblo y de la solidaridad y la cooperación regional e internacional.

El estadista caribeño denunció contundentemente en Bakú que los Estados Unidos «rompen convenios, desatan guerras comerciales, electrónicas, mediáticas. Cierran puertas, levantan muros, confiscan activos, roban fondos, prohíben intercambios. Desconocen y violan las leyes internacionales. Prometen hacer grande a América, su América que no es la nuestra».

Díaz-Canel agradeció a los No Alineados su histórica posición de condena y rechazo al bloqueo de más de cinco décadas y a la Ley Helms-Burton. «Contra toda lógica humana de convivencia en el respeto a las diferencias, el bloqueo se recrudece por día. Apenas pasa una semana sin que se anuncien nuevas medidas de estrangulamiento a nuestra economía».

Como los piratas de otras épocas, consideró el Presidente, el actual gobierno de los Estados Unidos ha extendido su política de cerco hasta el mar, persiguiendo y sancionando con saña a empresas, buques y navieras que transporten combustible a Cuba.

No obstante, reiteró, «no cederemos ante las amenazas y las presiones y no renunciaremos al empeño de avanzar en nuestro proyecto de construcción de una nación próspera y sostenible».

Díaz-Canel ratificó al MNOAL que «las nuevas generaciones de dirigentes de Cuba darán continuidad a los principios que durante casi 60 años hemos sostenido en el concierto de las naciones que lo integran y que tenemos el desafío y la fuerza para corregir los desequilibrios que hoy ponen en riesgo la paz mundial».

Hay un mundo postergado históricamente que espera por nuestros acuerdos, dijo el líder cubano. «Solo la unidad podrá salvarnos. Somos más. Hagamos más».